lunes, 28 de agosto de 2023

El loro grosero

Ricardo recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota y además tenía muy mal genio.
Ricardo, trató desde el primer día de corregir la actitud del loro diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño.
Llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y le gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que en un momento de desesperación Ricardo puso al loro en el congelador.
Durante un par de minutos pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el congelador, hasta que de pronto... todo fue silencio.
Ricardo, arrepentido y temeroso de haber matado al loro, abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha calma dio un salto al hombro de Ricardo y dijo:
– Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó :
– ¿Te puedo preguntar una cosa?
– ¡Sí, cómo no! -contestó Ricardo-.
– ¿Qué es lo que hizo el pollo?

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