viernes, 23 de noviembre de 2018

Todo lo puedo contigo

Jesús, te has acercado a mí...
y me has pedido ser profeta, para gritar tu verdad,
anunciar tu Buena Nueva, ser testigo ante el mundo.
¡Pero Jesús! ¿Yo?... no sé si sabré hacerlo.
La tarea no es nada fácil, necesito arrojo y valor.
Y yo sólo tengo una cosa: miedo.
Desde luego, ser profeta... es poner tus palabras en nuestra boca,
tus obras, en nuestros hechos,
es ser como tú fuiste. ¡Y acabaste en la cruz!
Mira Jesús, que todo esto es demasiado... a mí me gustaría,
¡pero es que... yo no tengo sangre de profeta!
Jesús, Tú escuchas con paciencia mis excusas,
y me miras con un inmenso cariño. Tienes paciencia conmigo
y me ayudas a entender que sólo tiene vida el que la arriesgar por amor,
que Tú siempre estarás a mi lado, que tu fuerza será mi fuerza,
que tu sabiduría será la mía, que todo lo puedo cuando voy contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario