8.
Un
viajero caminaba un día por la carretera cuando pasó junto a él, como un rayo,
un caballo montado por un hombre de mirada aterradora y con sangre en las
manos.
Al
cabo de unos minutos llegó un grupo de jinetes y le preguntaron si había visto pasar
a alguien con sangre en las manos.
-
“¿Quién es él?”, preguntó el viajante.
-
“Un malhechor”, dijo el cabecilla del grupo.
-
“¿Y lo perseguís para llevarlo ante la justicia?”.
-
“No. Lo perseguimos para enseñarle el camino».
Sólo
la reconciliación salvará al mundo, no la justicia, que suele ser una forma de venganza.
9.
En
un restaurante chino hay un grupo de amigos disfrutando de la música que interpreta
un conjunto. De pronto, un solista empieza a tocar una pieza que les resulta
conocida; todos reconocen la melodía, pero ninguno puede recordar su nombre. Entonces
llaman por señas al camarero y le piden que averigüe qué es lo que está tocando
el músico. El camarero se dirige donde están los músicos y, al rato, regresa con
el rostro iluminado por una sonrisa de triunfo y cuchichea ruidosamente: “¡El violín!”.
¡La
aportación del intelectual a la espiritualidad!
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