Érase
una vez un padre de familia que intentaba leer el periódico después de un largo
día de trabajo. A cada instante era molestado por sus hijos. Uno le pedía
dinero para ir a comprarse un helado. ´
Otro se le acercaba llorando, se había
hecho daño en el pie y quería que un beso lo curara.
El mayor le pedía que le
ayudara a resolver un problema de matemáticas.
Finalmente
el más pequeño entró corriendo en la sala en busca del buen padre. Éste le
preguntó cansado:
-
"¿Y tú que quieres?"
El
pequeño le contestó:
-
"Papá, yo no quiero nada. Sólo quiero que me cojas en tus brazos".
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