domingo, 17 de junio de 2018

Como un grano de mostaza

A veces, Señor, cuando dudo, cuando no siento nada,
cuando la vida no avanza y me percibo escéptico,
cuando no veo resultados... todavía sé pararme
y coger un grano de mostaza en el cuenco de mi mano,
y mirarlo y mirarlo, acordándome de tu parábola.
Y a veces, cuando todo va bien, cuando la vida me sonríe,
cuando no tengo problemas para creer en ti,
ni para creer en los hombres y mujeres, ni para creer en mí...,
también me atrevo a coger un grano de mostaza
en el cuenco de mi mano,
y lo miro y miro acordándome de tu parábola.
Y en algunas ocasiones también me siento hortelano
en medio de un gran campo, con el zurrón lleno de granos;
pero parecen tan pequeñas las semillas
que dudo en esparcirlas y perderlas.
Entonces, levanto los ojos, miro tu rostro que me está mirando,
escucho nuevamente tu parábola, y vuelvo a ser labrador y hortelano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario