viernes, 31 de diciembre de 2021

Aquí va mi brindis para esta Nochevieja

                   José Mª Rodríguez Olaizola, sj

Por el paso del tiempo en nuestras vidas, que se convierta más en escuela que en amenaza, y nos haga más sabios, más sensatos, más humanos.
Por la gente con la que compartimos la vida, los que estuvieron algún día, aunque ahora ya no estén o estén lejos; por los que están hoy, que sepamos cuidar unos de otros. Quizás hoy, en algún lugar del mundo, hay alguien que en el futuro se va a convertir en importante para ti, una amistad que aún no ha empezado, una historia de amor que ahora es solo promesa. Y, sin saberlo, vuestros pasos ya se van acercando. Brindemos también por ello.
Por las palabras. Por su valor. Que cuando digamos «te quiero» no sea solo una forma de hablar. Si proclamamos el evangelio, que sea vida. Si hablamos de los pobres, o los frágiles, que no sea como un eslogan lejano, sino con el corazón lleno de rostros y nombres
Un brindis también ante el espejo. Mirándote a ti mismo, como viejo amigo, camarada, inevitable compañero de viaje. Ese ‘yo’ que a veces te agota y a veces te gusta. Ese yo de manías conocidas, de miedos inexpresados, de anhelos profundos. A ese ‘yo’ que es cada uno de nosotros, quiérele bien.
Y por el mismo Dios, Misterio y Promesa. El Dios que es a veces pregunta y a veces respuesta. Que a ratos es horizonte, y a ratos presencia. Que hoy te seduce y mañana te provoca. A ese Dios, señor del tiempo y de la historia, también este brindis va por vos. Tennos paciencia.

Los perros y el criado

El último rey de un pueblo tenía diez perros salvajes. Los usaba para torturar y para morder a cualquiera de sus servidores que cometiera un error.
Uno de los criados hizo una tarea mal y al rey no le gustó en absoluto. Por lo que ordenó que el sirviente debería ser arrojado a los perros.
El sirviente dijo:
- ¿Yo te servido durante diez años, y ahora tú me haces esto a mí? -dijo el sirviente- ¡Por favor, dame diez días antes de lanzarme a los perros!
El rey se los concedió.
En esos diez días, el criado se dirigió al guardia que se ocupa de los perros y le dijo que cuidaría de los perros durante los próximos diez días. El guardia estaba desconcertado, pero estuvo de acuerdo, y el criado se dedicó a alimentar a los perros, a limpiarlos, a bañarlos y darles todo tipo de confort.
Cuando los diez días habían terminado, el rey ordenó que el sirviente fuera arrojado a los perros para cumplir su castigo. Cuando fue lanzado, todos se quedaron sorprendidos de ver a los perros voraces ¡lamiendo los pies del criado!
El rey, desconcertado ante lo que estaba viendo, dijo,
- Qué es lo que ha sucedido con mis perros?
- Serví a los perros -respondió el sirviente- sólo diez días y ellos no han olvidado mis servicios. Sin embargo, le serví diez años y usted se olvidó de todo, ¡en mi primer error!"
El rey se dio cuenta de su error y ordenó que el criado fuera puesto en libertad.

Dedicado a todos aquellos que se olvidan de las cosas buenas que una persona hizo por ellos y tan pronto como la persona comete un error, lo echan fuera.

domingo, 26 de diciembre de 2021

A la Sagrada Familia

               Papa Francisco

Jesús, María y José
en vosotros contemplamos 
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.

Qué es lo importante

Rosario Bofill cuenta una experiencia que seguro que comprenderán y compartirán muchas madres de familia.
Un día, cuando sus hijas eran ya mayorcitas, quiso comprobar qué había quedado de su educación en los años infantiles. En esos años, Rosario se había esforzado por meter en las cabecitas de sus hijas algunas frases que esperaba fuesen, para ellas, fundamentales. Palabras como «gracias» o «perdón” se las repitió tenazmente en aquellos años, confiando en que quedarían impresas en la blanda cera de sus almas infantiles. Pero cuando quiso comprobar qué había quedado de todos aquellos consejos, comprobó que sus hijas no recordaban ni una sola de aquellas frases que ella esperaba fuesen decisivas.
De pronto, una de las niñas dijo:
- «Lo que yo sí recuerdo muy bien son los calcetines.»
Ahora la sorprendida fue la madre. - «¿Qué pasaba con los calcetines?»
- «Tú venías por la mañana a despertarnos -explicó la pequeña-. Nosotras estábamos aún con mucho sueño y pereza y sacábamos sólo un pie entre las sábanas. Entonces tú nos ponías un calcetín. Luego sacábamos el otro pie y nos ponías el otro, mientras nosotras nos íbamos despertando. De eso sí tenemos un buen recuerdo.»
La madre se quedó pensando que las palabras eran sólo palabras y se las llevaba el viento. Y que, en cambio, un gesto de amor queda para siempre.

sábado, 25 de diciembre de 2021

Bendición de la mesa en Navidad

                   Jesús Mauleón

El niño Jesús, nacido en Belén,
bendiga esta mesa y a nosotros también.
Bendito aquello niño y aquella mujer
que lo trajo al mundo y lo trajo bien.
Por hacer de padre, bendito José.
Bendita la noche, bendita la fe
con que los pastores lo fueron a ver.
Niño tan divino nunca habrá como él.
Niño tan humano tampoco veréis.

Ven a esta familia, divino Manuel.
Aquí tienes casa si quieres nacer.
Tú, “Dios con nosotros”. Nosotros, con Él...
Ven y haz este mundo nuevo de una vez.
Ven a esta familia para siempre. Amén.

Los dos mosaicos

Desde una colina todo lo que se ve son escombros, vigas aún humeantes, y el armazón de algún alto edificio. Entre los cascotes brillan con el reflejo del sol pedazos de porcelana, vajillas rotas de familias destrozadas. Aquel espectáculo inspira a Imai Kenji, arquitecto japonés, discípulo de Gaudí, que plasma en un mural del exterior del Museo de Arte Cristiano de Nagasaki: que de la destrucción y la muerte nace nueva belleza y nueva vida.
Con aquellos trozos –tazas y vajillas destrozadas por el odio– crea dos mosaicos:
Blanco azulado y verde, el de la esperanza;
Rojo vivo y granate, el del amor.
Y allí quedan los dos inmensos mosaicos como símbolos, para todo visitante, de que la destrucción y la muerte no son el fin, porque en ellos mismos están los gérmenes de una nueva vida y de un nuevo mundo.

jueves, 23 de diciembre de 2021

Ya muy cercano está Enmanuel

                 Himno de Laudes

Ya muy cercano, Emmanuel, hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora y redención de ti implora.
Ven ya, del cielo resplandor, Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía, nos llegará nueva alegría.
Llegando estás, Dios y Señor, del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste y tu poder allí mostraste.
Ven, Vara santa de Jesé, contigo el pueblo a lo que fue volver espera,
pues aún gime bajo el cruel yugo que lo oprime.
Ven, Llave de David, que al fin el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar libre su vía, con la esperanza del gran día.
Aurora tú eres que, al nacer, nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza el corazón del hombre alcanza.
Rey de la gloria, tu poder al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza, se manifiesta tu grandeza. Amén.

Oración de los esposos que esperan un hijo
Virgen María, Madre de Dios,
que cobijaste en tu seno al Salvador,
te pedimos que nos protejas en este momento,
en que confiadamente esperamos un hijo,
para que podamos aceptarlo con amor;
y educarlo de modo que
“crezca en sabiduría, estatura y gracia
ante los ojos de Dios y de los hombres”;
y conducirlo con nuestro ejemplo
a la felicidad de saberse siempre hijo de Dios. ¡Amén!

Las cuatro velas de navidad 🕯💫🕯💫

Las cuatro velas, quemando, se consumían lentamente. El lugar estaba tan silencioso, que se podía escuchar su conversación.
La primera decía: ′′YO SOY LA PAZ Pero los hombres no pueden mantenerme: Creo que no me queda otra cosa que hacer ¡que apagarme!"
Así fue, y poco a poco, la vela se dejó apagar por completo.
La segunda dijo: ′′YO SOY LA FE. Desafortunadamente, no sirvo para nada. Los hombres no quieren saber de mí, y por esa razón no tiene sentido que me quede encendida."
Acabó de hablar, una ligera brisa sopló sobre ella y la apagó.
Triste, muy triste, la tercera vela, a su vez dijo: ′′YO SOY EL AMOR No tengo fuerzas para continuar y mantenerme encendida. Los hombres no me consideran y no comprenden mi importancia. Incluso odian a aquellos que más los aman, sus familiares′′
Y sin esperar más, la vela se dejó apagar.
Inesperadamente... Un niño en ese momento entró en la habitación y vio las tres velas apagadas. Asustado por la semi oscuridad, dijo:
- ′′¿Qué hacéis? Vosotras debéis estar encendidas, yo tengo miedo a la oscuridad”.
Y comenzó a llorar sin parar.
Entonces, la cuarta vela que se mantenía encendida, le dijo:
- “No temas, no llores: Mientras yo esté encendida, siempre podremos reavivar las otras tres velas: YO SOY LA ESPERANZA′′
Con los ojos llorosos y llenos de lágrimas el niño tomó la vela de la esperanza y volvió a encender a todas las demás.
Que nunca se apague la esperanza dentro de nuestro corazón...
... Y que cada uno de nosotros sea el instrumento, como ese niño, capaz en cada momento de volver a encender con su esperanza, ¡¡¡La fe, La Paz y El amor!!!

viernes, 17 de diciembre de 2021

Sin amor no soy nada

¿Sabes por qué?
Porque la inteligencia, sin amor, te hace perverso.
La justicia, sin amor, te hace implacable.
La diplomacia, sin amor, te hace hipócrita.
El éxito, sin amor, te hace arrogante.
La riqueza, sin amor, te hace avaricioso.
La docilidad, sin amor, te hace ser vil.
La pobreza, sin amor, te hace orgulloso.
La belleza, sin amor, te hace ridículo.
La autoridad, sin amor, te hace tirano.
El trabajo, sin amor, te hace esclavo.
Y LA VIDA SIN AMOR, NO TIENE SENTIDO.

¿Cuántas horas rezas?

                  Cardenal Angelo Comastri

Me miró con dos ojos limpios y penetrantes. Luego me preguntó:
- "¿Cuántas horas rezas todos los días?"
Me sorprendió esa pregunta y traté de defenderme diciendo:
- «Madre, esperaba de ti una llamada a la caridad, una invitación a amar más a los pobres. ¿Por qué me preguntas cuántas horas rezo?».
La Madre Teresa de Calcuta tomó mis manos y las apretó entre las suyas como para transmitirme lo que tenía en su corazón; luego me confió:
- «Hijo mío, sin Dios somos demasiado pobres para poder ayudar a los pobres. Recuerda: solo soy una pobre mujer que reza. Al orar, Dios pone Su Amor en mi corazón y así puedo amar a los pobres. ¡Orando!»

jueves, 16 de diciembre de 2021

Para preparar tu venida

             Florentino Ulibarri

Para preparar tu venida, Señor, yo sólo quiero y busco...
unas palabras claras para que se me entienda,
unos gestos apropiados para hacer agradable la jornada,
una mirada serena que infunda paz y ternura,
un momento de silencio para escuchar con el corazón,
unas gotas de rocío para alimentar las esperanzas,
un sueño ligero que capte los rumores de las personas y de los ángeles.
Para preparar tu venida, Señor, yo sólo necesito abrir mis entrañas
y dejarlas que se llenen con tu presencia, como lo hizo Juan Bautista,
como los profetas de entonces y ahora,
como los pobres que nunca cuentan
pero tienen historias que nos golpean y penetran, como María...

Amar es una decisión

Dice un cuento israelita que un joven fue a visitar a un sabio consejero y le contó sobre las dudas que tenía acerca de sus sentimientos por su familia.
El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y le dijo sólo una cosa:
- Ámala.
Y luego se calló.
El muchacho dijo:
- Pero, todavía tengo dudas...
- Ámala, le dijo de nuevo el sabio.
Y, ante el desconsuelo del joven, después de un breve silencio, le dijo lo siguiente:
- Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento.
Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El amor es un ejercicio de jardinería. Arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, se paciente, riega y cuida. Estate preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, pero no por eso abandones tu jardín.

Ama, es decir, acepta, valora, respeta, da afecto, ternura, admira y comprende.
Simplemente, ama.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Nuestra vida, un himno al Señor

Ser agradecidos por el nuevo día que amanece.
Ser agradecidos por poder encontrarnos de nuevo con nuestros.
Ser agradecidos porque hoy puedo respirar y seguir viviendo.
Ser agradecidos porque hoy puedo sentir el calor de los míos.
Ser agradecidos porque hoy puedo expresar mi amor a los demás.
Ser agradecidos porque hoy puedo hacer felices a los demás.
Ser agradecidos porque hoy puedo volver a sonreír.
Ser agradecidos porque hoy tengo pan para comer.
Ser agradecidos porque hoy tengo donde trabajar.
Ser agradecidos porque hoy puedo ganar el pan para mis hijos.
Ser agradecidos porque hoy puedo ver el color las flores.
Ser agradecidos porque hoy puedo caminar.
Ser agradecidos porque hoy mi hijito me ha sonreído.
Ser agradecidos porque hoy puedo cantar.
Ser agradecidos porque hoy puedo orar.
Ser agradecidos porque hoy Dios me vuelve a hablar.
Ser agradecidos por hoy Dios vuelve a hacer lindos anuncios en mi vida.
Ya veis, cada día nuestra vida es un himno al Señor.

Un gesto de gratitud

Tenía una cita importante y decidí coger un taxi para dirigirme al centro de la ciudad. Por la expresión del chofer y, por su manera brusca de conducir, comprendí que estaba disgustado, le pregunté qué le ocurría y él gruñendo me dijo:
- Esta mañana uno de mis pasajeros dejó olvidada una cartera con 300 dólares, después de buscarlo más de una hora, al fin lo encontré en su hotel, recibió la cartera sin decir palabra, me miró como si yo hubiera querido quedarme con ella.
- ¿Y no le dio una gratificación? -le pregunté:
- Ni un solo centavo y, yo gasté tiempo y gasolina, ¡pero no era dinero lo que quería! -continuó- si solo me hubiera dicho algo...
El hecho de que su acción honrada fuera ignorada, le envenenó el día a este chofer. La próxima vez no vacilará antes de hacer el mismo favor.
La gratitud es el arte de recibir con gentileza, de demostrar aprecio por cualquier acto de bondad, grande o pequeño. Todos sentimos necesidad de gratitud cuando hacemos una buena acción, y si la negásemos contribuiríamos a disminuir el espíritu de la cooperación y de la bondad humana. La gratitud es a veces algo más que un asunto personal.

Un día un enfermo fue llevado a un hospital, y se salvó gracias a una transfusión de sangre. Una vez restablecido, preguntó cómo podría descubrir el nombre del donante para darle las gracias. Le dijeron que se acostumbra mantener en secreto los nombres de los donantes.
Semanas después de su salida, volvió al hospital con el objeto de donar su propia sangre. Desde entonces ha vuelto repetidas veces con el mismo fin. Cuando uno de los cirujanos hizo alusión a tan espléndido servicio anónimo, el hombre contestó simplemente:
- Alguien a quien no conoceré jamás, lo hizo por mí y, lo que estoy haciendo es sencillamente decir gracias.
Finalmente tenemos la historia de Arnold Bennett, famoso escritor inglés: él tenía un editor que se jactaba de la eficacia de su secretaria. Un día cuando se hallaba de visita en la oficina del editor, Bennett le dijo a dicha secretaria:
- Su patrón asegura que usted es muy eficiente, ¿cuál es su secreto?
Entonces ella contestó:
- No es mi secreto, es el de él: cada vez que yo le presto un servicio, por pequeño que este sea, él me lo agradece, y eso me anima a esmerarme mucho en mi trabajo".
Esta última historia demuestra que ser gratos con los demás, también es un camino a la excelencia, ya que uno se siente motivado cuando alguien nos sonríe con un "gracias".
En este gesto tan simple pero a la vez tan maravilloso, se funda gran parte de la alegría de la vida y la superación personal. Agradezcamos entonces a la vida, porque ella nos regaló el milagro de decir gracias.

martes, 14 de diciembre de 2021

Oración del alma enamorada

             San Juan de la Cruz

No me quitarás, Dios mío,
lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo,
en que me diste todo lo que quiero;
por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero.
Míos son los cielos y mía es la tierra;
mías son las gentes, los justos son míos, y míos los pecadores;
los ángeles son míos, y la Madre de Dios, y todas las cosas son mías,
y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí.
Pues, ¿qué pides y buscas, alma mía?
Tuyo es todo esto y todo es para ti.
No te pongas en menos ni repares en migajas
que se caen de la mesa de tu Padre.
Sal fuera y gloríate en tu gloria; escóndete en ella y goza,
y alcanzarás las peticiones de tu corazón.

El robo del reloj

Un anciano se encuentra a un joven que le pregunta;
- ¿Se acuerda de mí?
Y el anciano le dice que NO.
Entonces el joven le dice que fue su alumno.
Y el profesor le pregunta: - ¿Qué estás haciendo, a qué te dedicas?
El joven le contesta: - Bueno, me convertí en Profesor.
- Ah, qué bueno ¿como yo? (le dijo el anciano)
- Pues, sí. De hecho, me convertí en Profesor porque usted me inspiró a ser como usted.
El anciano, curioso, le pregunta al joven qué momento fue el que lo inspiró a ser Profesor.
Y el joven le cuenta la siguiente historia:
- Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó con un hermoso reloj, nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saqué de su bolsillo. Poco después, mi amigo notó el robo y de inmediato se quejó a nuestro Profesor, que era usted. Entonces, usted se dirigió a la clase:
- El reloj de su compañero ha sido robado durante la clase de hoy. El que lo robó, por favor que lo devuelva.
- No lo devolví porque no quería hacerlo.
Luego usted, cerró la puerta y nos dijo a todos que nos pusiéramos de pie y que iría uno por uno para buscar en nuestros bolsillos hasta encontrar el reloj. Pero, nos dijo que cerráramos los ojos, porque lo buscaría solamente si todos teníamos los ojos cerrados.
Así lo hicimos, y usted fue de bolsillo en bolsillo, y cuando llegó al mío encontró el reloj y lo cogió. Usted continuó buscando los bolsillos de todos, y cuando terminó, dijo:
- "Abrid los ojos. Ya tenemos el reloj".
- Usted no me dijo nada, y nunca mencionó el episodio. Tampoco dijo nunca quién fue el que había robado el reloj. Ese día, usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también fue el día que mi dignidad se salvó de no convertirme en ladrón, mala persona, etc. Usted nunca me dijo nada, y aunque no me regañó ni me llamó la atención para darme una lección moral, yo recibí el mensaje claramente.
Y gracias a usted entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero educador.
¿Se acuerda de ese episodio, Profesor?
Y el Profesor responde:
- Yo recuerdo la situación, el reloj robado, que busqué en todos, pero no te recordaba, porque yo también cerré los ojos mientras buscaba.

Esto es la esencia de la docencia: Si para corregir necesitas humillar; no sabes enseñar

domingo, 12 de diciembre de 2021

Concédeme la alegría, Señor

Señor: Concédeme el don de la alegría.
La alegría de las flores, que sonríen sin hacer ruido,
que alegran el jardín sin decir nada.
La alegría de las flores, que perfuman, calladas, el ambiente,
que se dejan cortar sin quejarse.
La alegría de las flores, que se mueren sin lamentarse.
Te pido la alegría, de sentirme a gusto conmigo mismo.
La alegría de hacer felices a los demás.
La alegría de que todos se sientan a gusto a mi lado.
La alegría de estar siempre alegre.
La alegría de sonreírte a Ti, pase lo que pase en mi vida.
Porque tu Nacimiento es “mi música, Señor”.

Las dos ranas

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuán hondo era, les dijeron a las dos ranas que, para evitar sufrimientos se debían dar por vencidas y no hacer nada ya que todo sería en balde.
Las dos ranas sin hacer caso a los comentarios de sus amigas, siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas, mientras las otras seguían insistiendo a viva voz, que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente una de las ranas puso atención a lo que las demás decían, se rindió y se entregó a la muerte.
La otra rana continuó saltando cada vez con más fuerzas, hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando estuvo a salvo, las otras ranas le dijeron:
- "Nos da mucha alegría que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda y que, aunque se encontraba exhausta, pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y que por ello se sintió obligada a redoblar sus fuerzas.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Virgen del Adviento

María, Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la reina.
Alza nuestros ojos hacia tu belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna. Amén.

Levanta a otras personas


Después de limpiar y arreglar mi casa, mi hermano me llamó diciendo: ′′Mi esposa y yo vamos camino de tu casa a visitarte".
Fui a la cocina a preparar algo para ellos, pero no tenía nada para servirles. Después de mucho buscar, todo lo que pude poner en mis manos fueron algunas naranjas. Así que hice dos vasos de zumo helado.
Cuando mi hermano y su esposa llegaron, me sorprendió ver a su suegra con ellos, que vino a visitarme por primera vez. Así que, serví los dos vasos de jugo para su esposa y su madre, y puse una taza de agua delante de mi hermano, diciendo:
- ′′Sé que te gusta el Sprite".
Tomó un trago y se dio cuenta de que era agua. Y de pronto su suegra dijo:
- "Tengo ganas de beber Sprite... Por favor, me darías un poco?"
Ahí estaba, perpleja y avergonzada, pero mi hermano me salvó diciéndole:
- ′′Te traeré un vaso limpio de la cocina".
Después de un tiempo, escuchamos el sonido de un vaso rompiéndose en la cocina.
Él volvió y le dijo a su suegra:
- ′′Lo siento, se me cayó de las manos y se rompió, pero no hay problema, iré a comprar otra".
Su suegra se negó y dijo: - ′′No, no hay necesidad de eso".
Finalmente, cuando se iban, mi hermano se despidió de mí y puso algo de dinero en mi mano, y dijo:
- "No olvides limpiar el Sprite que se cayó en la cocina para que no vengan hormigas".
Y se despidió con una sonrisa llena de amor...

Cuando estés en una posición más favorable, úsala para levantar a otras personas.
′′Atropellar′′ al otro nunca te hará mejor!

lunes, 6 de diciembre de 2021

Soy solo un niño

Mª Alonso Santamaría (20 de Noviembre, día de los derechos de los niñ@s)

Si me gritas me haces sordo. Si me callas me haces mudo.
Si me ignoras invisible. Miedoso cuando estoy solo.
Desconfiado al mentirme.
¡Quiéreme! Soy sólo un niño.
Si me escuchas me haces fuerte.
Cuando jugamos, amigos. Dame pan si tengo hambre.
Tápame si tengo frío. Si lloro dame consuelo.
Si río ríe conmigo. Edúcame con cariño.
Necesito tus abrazos, tus caricias y tus mimos.
Cuídame si estoy enfermo.
¡Quiéreme! Soy sólo un niño.

La historia de san Nicolás

San Nicolás Obispo de Mira en Turquía (Siglo IV). Su fama de persona llena de bondad, que repartía dulces a todos los niños, hizo de él, el protector de los niños.
Una de las historias más antiguas sobre San Nicolás, tiene que ver con un vecino de casa que tenía tres hijas en edad de casarse, pero no tenía suficiente dinero para asegurarles una dote. Para salvarlas de un destino de prostitución, Nicolás una noche, provisto de dinero envuelto en un paño, lo lanzó a través de la ventana de la casa del vecino y huyó para que no lo reconocieran. Gracias a esa donación, el vecino consiguió casar a la primogénita. Nicolás repitió su gesto generoso otras dos veces, pero la tercera noche, el padre de las jóvenes salió a tiempo de reconocer al misterioso benefactor, que sin embargo suplicó, no se dijera nada a nadie. 
Otra historia cuenta sobre tres jóvenes estudiantes de teología en viaje hacia Atenas. El patrón de la posada donde se habían detenido por la noche, los asaltó y los mató, escondiendo sus cuerpos en una barrica. El obispo Nicolás, también en camino hacia Atenas, se detuvo en la misma posada y tuvo en sueños la visión del delito cometido por el posadero. Recogido en oración, San Nicolás obtuvo el milagro del regreso a la vida de los tres muchachos y de la conversión del posadero malvado. 
Este episodio como el de la milagrosa liberación de Basilio, un muchacho raptado por los piratas y vendido como copero a un emir, contribuyeron a difundir su imagen de patrono de niños y jóvenes.
En su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.
El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.

domingo, 5 de diciembre de 2021

Preparemos los caminos

          Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento

Preparemos los caminos –ya se acerca el Salvador-
y salgamos, peregrinos, al encuentro del Señor.
Ven, Señor, a libertarnos, ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas y no tardes en venir.
El rocío de los cielos sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido, hecho niño, va a nacer.
De los montes la dulzura, de los ríos leche y miel,
de la noche será aurora la venida de Emmanuel.
Te esperamos anhelantes y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro y que vengas a reinar.
Consolaos y alegraos, desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca, él es nuestra salvación.

La hermosa historia de Latif

Latif era el pordiosero más pobre, dormía en el zaguán de una casa diferente. Sin embargo, Latif era considerado el hombre más sabio del pueblo. Una mañana el rey apareció en la plaza saludando a todos, hasta que tropezó con Latif y sus súbditos le contaron de él.
El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo:
- Si me contestas una pregunta te doy esta moneda de oro.
- ¿Cuál es tu pregunta?
Y el rey se sintió desafiado, entonces, se despachó con una cuestión que hacía días lo angustiaba y que no podía resolver.
La respuesta de Latif fue justa y creativa.
El rey se sorprendió, dejó su moneda a los pies del mendigo.
Al día siguiente el rey volvió y le hizo otra pregunta y otra vez Latif la respondió rápida y sabiamente.
- Latif, te necesito -le dijo el rey- te pido que vengas a palacio y seas mi asesor. Te prometo que no te faltará nada -juró el rey.
Lafit aceptó la propuesta del rey. Durante las siguientes semanas las consultas del rey se hicieron habituales. Obviamente esto desencadenó los celos de todos los cortesanos.
Un día todos los demás asesores pidieron audiencia al rey y le dijeron.
- Tu amigo Latif, como tú le llamas, está conspirando para derrocarte.
- No puede ser, no lo creo -dijo el rey.
- Puedes comprobarlo con tus propios ojos
El rey se sintió defraudado y dolido. Debía confirmar esas versiones. Esa tarde a las cinco, aguardaba oculto en el recodo de una escalera.
Desde allí vio cómo, en efecto, Latif llegaba a la puerta, miraba hacia los lados y con la llave que colgaba de su cuello abría la puerta de madera y se escabullía sigilosamente dentro del cuarto.
- ¿Lo visteis? -gritaron los cortesanos.
Seguido de su guardia personal el monarca golpeó la puerta.
- ¿Quién es? -dijo Latif desde adentro.
- Soy yo, el rey -dijo el soberano- ábreme.
Latif abrió la puerta.
No había nadie, salvo Latif. Ninguna puerta, o ventana, ninguna puerta secreta, ningún mueble que permitiera ocultar a alguien.
Solo había en el suelo un plato de madera desgastado, en un rincón una vara de caminante y en el centro de la sala una túnica raída colgando de un gancho en el techo.
- ¿Estás conspirando contra mí Latif?
- ¿Cómo se te ocurre decir eso, majestad -contestó Latif- de ninguna maneraa, ¿por qué lo haría?
- Por qué vienes aquí cada tarde en secreto. ¿Qué es lo que buscas si no te ves con nadie? ¿Para qué vienes a este cuchitril a escondidas?
Latif sonrió y se acercó a la túnica rotosa que pendía del techo. La acarició y le dijo al rey:
- Hace seis meses cuando llegué a tu castillo, lo único que tenía eran esta túnica, este plato y esta vara de madera -dijo Latif-. Ahora me siento tan cómodo con la ropa que visto, es tan confortable la cama en la que duermo, es tan halagador el respeto que me das y tan fascinante el poder que regala mi lugar a tu lado… que vengo cada día para estar seguro de una sola cosa... no olvidar nunca “QUIÉN SOY Y DE DÓNDE VINE”.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Adviento, tiempo de espera cierta

            Florentino Ulibarri

Esperar bien despiertos, pero no desvelados.
Esperar caminando, pero no adelantándonos.
Esperar embarazados, pero no adueñándonos.
Esperar expuestos, pero no a cualquier viento.
Esperar sedientos, pero no yermos.
Esperar entre niebla, pero no perdidos en esta tierra.
Esperar con velas encendidas, pero no consumidos.
Esperar ofreciéndonos, pero no vendiéndonos.
Esperar preparando tu camino, pero no encorvándonos.
Esperar en silencio, pero cantando al Verbo encarnado.
Esperar gestando, no abortando. Esperar acogiendo, no reteniendo.
Esperar dándonos, no reclamando. Esperar en silencio, no alborotando.
Esperar compartiendo y disfrutando.
Esperar aunque sea de noche y no veamos signos en el horizonte.
Esperar a cualquier hora del día aunque nos quedemos solos y se rían.
Esperar en soledad... ¡y en compañía!
Esperar con mucha paz, pero pellizcados por los hermanos.
Esperar anhelando, pero mecidos en su regazo.
Esperar mirando a lo alto, pero con los pies asentados.
Esperar refrescándonos en tus manantiales vivos y claros.
Esperar encarnados y ya naciendo a tu Reino.
Esperar en este tiempo de crisis y recortes.
Esperar con el Evangelio en la mano.
Esperar con los que vienen y con los que se van.
Esperar disfrutando lo que se nos ha dado.
Esperar viviendo y amándonos.
Esperar como Isaías, viviendo y profetizando.
O como Jeremías, sufriendo, pero enamorados.
O como Juan Bautista, pregonando lo que nos has dado.
Esperar, para que no pases de largo.
Esperar, aunque no entendamos a tu Espíritu Santo.

¿Por qué se le grita a una persona cuando se está enfadado?

Cuenta una Historia Tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente: ¿Por qué la gente se grita cuando están enfadados?
Los hombres pensaron unos momentos:
- Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos.
- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó el sabio– no es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enfadado?
Los hombres dijeron otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.
Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enfadadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar para poder escucharse. Mientras más enfadados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego el sabio continuó:
– ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
El sabio sonrió y dijo:
– Cuando se enamoran más aún qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman...
Luego dijo:
- Cuando discutan con otras personas no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que os distancien más, puede llegar un día en que la distancia sea tanta que no encontréis nunca el camino de regreso...

domingo, 28 de noviembre de 2021

Quiero estar en vela, Señor

               Hoy Comienza el Tiempo de Adviento

Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra
Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar
Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría
Quiero estar, en vela, Señor.
Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro
Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos
Quiero estar, en vela, Señor.
Para que, la violencia, dé lugar a la paz
Para que los enemigos se den la mano
Para que la oscuridad sea vencida por la luz
Para que el cielo se abra sobre la tierra
Quiero estar, en vela, Señor.
Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza
Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío
Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado
Quiero estar, en vela, Señor.
Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas
Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas
Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que Tú me das
Quiero estar, en vela, Señor.
Porque tu Nacimiento será la mejor noticia de la Noche Santa
que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!

Leyenda del Lapacho

Cuenta la historia, que Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde con todos los árboles y pidió que cada árbol eligiera la época en la que quisiera florecer y así embellecer la tierra.
Y en un estallido de alegría comenzaron todos a gritar: Otoño, verano, primavera, decían...
Pero Dios observó que ninguno elegía la estación de invierno.
Entonces Dios preguntó:
- ¿Por qué nadie elige la época de invierno?
Cada uno tenía su razón. ¡Muy seco! ¡muy frío! ¡muchas horas sin sol!...
Entonces Dios pide un favor.
- Necesito al menos un árbol, que embellezca el invierno, que sea valiente y capaz de afrontar el frío, la sequía y en ese frío poder embellecer el mundo...
Se quedaron todos en silencio.
Fue entonces cuando un árbol callado y tranquilo al fondo, sacude sus hojas y dijo:
- ¡Yo seré ese árbol del invierno!
Y Dios con una sonrisa preguntó:
- ¿Cuál es tu nombre?
- Me llamo Lapacho, Señor.
Los otros árboles, quedan espantados del coraje del Lapacho y su locura de querer florecer en invierno.
Entonces Dios respondió:
- Por atender a mi petición te haré florecer en el invierno no sólo con un color, sino con varios... Para que también en invierno, el mundo sea colorido.
Como agradecimiento le dijo:
- Tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme.
Y así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que da color al invierno. Y así tenemos al Lapacho: Blanco. Amarillo. Amarillo del pantano. Amarillo de la hoja lisa. Amarillo niebla. Rosa Púrpura. Morado.

Que podamos ser como el Lapacho, y sepamos florecer en los inviernos de la vida...

viernes, 26 de noviembre de 2021

Si piensas que estás vencido…

           Rudyard Kipling

Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que te gustaría ganar, pero que no puedes,
es casi seguro que no lo harás.
Si piensas que perderás, has perdido ya.
En el mundo encontrarás
que el éxito comienza por la voluntad.
Todo depende de nuestra actitud mental.
Por eso, muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido.
Y muchos cobardes han fracasado
antes de haber comenzado la carrera.
Si piensas cosas grandes, llegarás a ser grande.
si piensas en pequeño, te quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Tarde o temprano, el hombre que triunfa
es aquel que cree poder triunfar.

La historia de Pablito

27 de Noviembre, fiesta de san José de Calasanz, patrono de l@s maestr@s

Pablito era un niño de 8 años que asistía a una escuela muy humilde de su barrio.
Desde que ingresó en su primer año escolar, mostró una conducta muy extraña. En clase siempre se le notaba distraído, no seguía el mismo ritmo de crecimiento intelectual que sus compañeros y sus notas eran un desastre.
Su maestra no sabía qué hacer con él y llamó a su madre para tratar de entender lo que ocurría, pero fue muy poco lo que esta pudo aportar, ya que su desinterés por el niño era evidente.
Fue pasando el tiempo, sin ver una reacción. Al contrario Pablito empezó a tener problemas con sus compañeros, se ponía muy agresivo y sin ningún motivo, reñía con ellos.
En clase estaba inquieto, decía frases incoherentes, molestaba a la maestra y al grupo, hasta que después de varios avisos sin ningún resultado positivo, para que dejara de molestar la maestra le sacaba de clase y lo dejaba castigado en el pasillo.
Esta situación empezó a repetirse casi diariamente. La directora del colegio, una mujer apasionada por la docencia, llevaba en su corazón el deseo de que cada niño saliera de su colegio, preparado y lleno de los conocimientos que iba a necesitar en el futuro.
La primera vez que vio a Pablito expulsado de la clase, no le dio mucha importancia, ya que cuando lo niños no se portan bien o provocan alborotos, es normal sacarlos fuera de clase para disciplinarlos. Pero como esta situación se repetía casi cada día, la directora llamó a la maestra del niño y le pidió que le explicara lo que sucedía. Después de hablar, no podían entender el porqué del comportamiento del niño. Se comprometieron a poner más atención, para tratar de descubrir el motivo de la situación, pero no sirvió de nada.
En el colegio había varios alumnos con conductas similares, pero de alguna manera los docentes tenían la posibilidad de entender cuál era la causa y así mejorar su rendimiento académico y su comportamiento.
Un día la directora iba caminando por el pasillo y se encontró de nuevo a Pablito fuera de clase, pero en esa ocasión en lugar de regañarle o llamarle la atención, abrumada por la situación, le pidió a Dios que la ayudara y Él le inspiró la siguiente pregunta:
– Hola, Pablito, has comido algo hoy.
– No, Seño, muy pocas veces hay comida en mi casa.
La directora llevó al niño a comer y se enteró que la mayoría de los días Pablito no tenía nada que comer.
Más tarde con algunos de sus colaboradores, fue a casa del niño para analizar la situación. Lo que vieron fue espantoso, la vivienda era sumamente precaria, la madre era una mujer de 25 años, pero el padre tenía alrededor de 70 años. Además había tres niños más, totalmente desnutridos, sucios, con ropas andrajosas.
Este patético cuadro les hizo ver de dónde venía la mala conducta de Pablito y decidieron ayudar a esta familia, en aquellas cosas más elementales: comida, ropa y trabajo.
No pasó mucho tiempo para que comenzaran a ver los resultados, Pablito dejo de ser ese niño agresivo e intolerante, se integró en el grupo y además empezó a recibir felicitaciones por sus trabajos y sus notas, que mejoraron sustancialmente.

Cuantos Pablitos, hay en los colegios. Cuando no sepas que hacer con ellos, pídele sabiduría a Dios y Él te inspirara, vas a lograr que ese diamante brille ante tus ojos.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Mi nombre en tus labios

                          José María R. Olaizola, sj

Escuché de ti mi nombre como nunca antes.
No había en tu voz reproche ni condiciones.
Mi nombre, en tus labios, era canto de amor,
era caricia, y pacto.
Con solo una palabra, estabas contando mi historia.
Era el relato de una vida, que, narrada por ti
se convertía en oportunidad.
Descubrí que comprendías los torbellinos de siempre,
las heridas de antaño, las derrotas de a veces,
los anhelos de ahora,
y aún sin saber del todo en qué creía yo,
tú creías en mí, más que yo mismo.
Así, mi nombre en tus labios
rompió los diques que atenazaban la esperanza.

El Diario de un padre

Esta es la historia de un hombre que durante muchos años estuvo distanciado de su padre por una serie de desacuerdos que lo llevó a marcharse de su casa y no volver. Hasta que un día recibió la llamada de su madre para avisarle que su padre había muerto, el hombre no derramó ni una lágrima, ni siquiera sintió tristeza y aunque le habría gustado acompañar a su madre, prefirió no ir al funeral por su padre para no faltar al trabajo. Al menos ahora podría ir a ver a su madre, porque ya no estaría su padre para criticarlo y darle consejos que no pidió.
Pocos días después de la noticia, recibió un paquete por correo, tenía una nota de su madre que decía:
- Encontré esto entre sus posesiones más preciadas, creo que le habría gustado que lo conservaras tú.
Se trataba de un cuaderno y cuando lo abrió se dio cuenta de que era el diario de su padre, reconoció su letra en la primera hoja, qué decía:
- Hoy estoy feliz, nació mi hijo, mi primer hijo, estoy muy orgulloso de ser su padre.
Con cada página que leía sentía un nudo en la garganta por lo su padre había escrito:
- Hoy fue su primer día de clase, que emoción sentí al verlo con su uniforme, le deseo un futuro lleno de sabiduría, para que su vida sea diferente a la mía. Yo no pude estudiar porque debía ayudar a mi padre, pero a mi hijo no le faltará nada y podrá dedicarse a sus estudios.
En otra página decía: - Hoy mi hijo me pidió una bicicleta, con mi sueldo no alcanza, pero haré horas extras para comprarla, él se lo merece.
El hombre tuvo que aguantar las lágrimas, recordó las discusiones que tuvo con su padre por esa bicicleta, le exigía una porque todos sus amigos tenían una, fue muy intolerante y desconsiderado con su padre.
Continuó leyendo: - Qué difícil es castigar a un hijo, si él supiera que a mí me duele igual o más que a él, espero que algún día, cuando tenga sus propios hijos, entienda que debo hacerlo por su propio bien, solo deseo lo mejor para él.
El hombre vio la fecha y se dio cuenta de que lo escribió en su última discusión, la siguiente y última página decía:
- Dios mío, ¿qué hice para que mi hijo me odie tanto? Dime si es que fui muy duro con él, yo solo quería hacer de él un hombre de bien, por favor, Dios, solo te pido que él entienda algún día que solo lo hice por su bien y que lo quiero con todo mi ser y que me perdone por no haber sido el padre que él deseaba y merecía.
El hombre terminó de leer, deseó abrazar a su padre y decirle que ahora comprendía, si hubiera sabido todo lo que pensaba su padre, todo habría sido distinto.

Valora cuando una persona que te ama se preocupa por tus decisiones y quiere que seas una mejor persona.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Gracias, Señor

                  Himno de Laudes

Gracias, Señor, por la aurora;
gracias, por el nuevo día;
gracias, por la Eucaristía;
gracias, por nuestra Señora:
Y gracias, por cada hora
de nuestro andar peregrino.
Gracias, por el don divino
de tu paz y de tu amor,
la alegría y el dolor,
al compartir tu camino.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

La sabiduría de la anciana

Un día una pequeña niña le preguntó a la anciana sabia de su poblado...
- ¿Qué es lo más fuerte?
La Anciana le dijo unos minutos después:
- El hierro es muy fuerte, pero el fuego lo derrite... El fuego es fuerte, pero el agua lo apaga... El agua es fuerte, pero las nubes se evaporan... Las nubes son fuertes, pero el viento se las lleva... El viento es fuerte, pero la montaña también lo detiene... La montaña es alta, pero el hombre la conquista... El hombre es fuerte, pero lamentablemente la muerte le gana...
- ¡Entonces la muerte es lo más fuerte que existe!
Interrumpiendo a la niña le dijo la Anciana.
- No -y con toda su sabiduría le comentó- ¡Solo el Amor... sobrevive a la Muerte!

No busques a especialistas para motivación personal cuando tienes cerca de ti esos Viejos Sabios. Ten la virtud de dedicar atención y tiempo para aprender de Nuestros Mayores.
Busca el legado del justo y solo así tu nombre se perpetuara.

 


viernes, 19 de noviembre de 2021

Te necesito así

         Liturgia de las horas. Himno de Laudes

Así te necesito de carne y hueso.
Te atisba el alma en el ciclón de estrellas,
tumulto y sinfonía de los cielos;
y, a zaga del arcano de la vida,
perfora el caos y sojuzga el tiempo y da contigo,
Padre de las causas, Motor primero.
Mas el frío conturba en los abismos,
y en los días de Dios amaga el vértigo.
¡Y un fuego vivo necesita el alma y un asidero!
Hombre quisiste hacerme,
no desnuda inmaterialidad de pensamiento.
Soy una encarnación diminutiva;
el arte, resplandor que toma cuerpo:
la palabra es la carne de la idea:
¡Encarnación es todo el universo!
¡Y el que puso esta ley en nuestra nada hizo carne su verbo!
Así: tangible, humano, fraterno.
Ungir tus pies, que buscan mi camino,
sentir tus manos en mis ojos ciegos,
hundirme, como Juan, en tu regazo,
y -Judas sin traición- darte mi beso.
Carne soy, y de carne te quiero.
¡Caridad que viniste a mi indigencia,
qué bien sabes hablar en mi dialecto!
Así, sufriente, corporal, amigo, ¡cómo te entiendo!
¡Dulce locura de misericordia: los dos de carne y hueso!

El arroz en la tumba

Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su familiar, cuando ve a otro hombre poniendo en la tumba de al lado, un plato de arroz.
El hombre se dirige al otro hombre y le dice:
- Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad su difunto se comerá el arroz?
- ¡¡¡Claro que sí!!! -le respondió-, cuando el suyo venga a oler sus flores.

MORALEJA: Respetar las acciones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener.
Las personas somos diferentes, actuamos diferente, y pensamos diferente. No juzguemos.

 


martes, 16 de noviembre de 2021

Lo que quiero ser

              José Mª Rodríguez Olaizola, sj

Quiero ser pastor que vele por los suyos;
árbol frondoso que dé sombra al cansado;
fuente donde beba el sediento.
Quiero ser canción que inunde los silencios;
libro que descubra horizontes remotos;
poema que deshiele un corazón frío;
papel donde se pueda escribir una historia.
Quiero ser risa en los espacios tristes,
y semilla que prende en el terreno yermo.
Ser carta de amor para el solitario,
y grito fuerte para el sordo…
Pastor, árbol o fuente,
canción, libro o poema…
Papel, risa, grito, carta, semilla…
Lo que tú quieras, lo que tú pidas,
lo que tú sueñes, Señor…
eso quiero ser.

Kafka, la niña y su muñeca

A los 40 años Franz Kafka (1883-1924) que nunca se casó ni tenía hijos, paseaba por el parque Berlín cuando conoció a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ella y Kafka buscan la muñeca sin éxito. Kafka le dijo que se reuniera con él al día siguiente y volverían a buscarla.
Al día siguiente, cuando todavía no habían encontrado la muñeca, Kafka le dio a la niña una carta «escrita» por la muñeca que decía: "Por favor no llores. Tuve un viaje para ver el mundo, te escribiré sobre mis aventuras."
Así comenzó una historia que continúa hasta el final de la vida de Kafka.
En sus encuentros, Kafka le leía las cartas de su muñeca cuidadosamente escritas con aventuras y conversaciones que la niña consideraba adorables. Finalmente, Kafka le trajo la muñeca (compró una) que había vuelto a Berlín.
- No se parece en absoluto a mi muñeca, dijo la niña.
Kafka le entregó otra carta en la que la muñeca escribía: "Mis viajes me cambiaron"
La niña besó a la nueva muñeca y la trajo feliz a casa.
Un año después, Kafka murió.
Varios años después, la niña adulta encontró una carta en la muñeca. En la pequeña carta firmada por Kafka decía:
"Todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final el amor volverá de otra manera".

domingo, 14 de noviembre de 2021

Pequeñas aclaraciones

1. Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,
cuando un hombre pasa sed y agua nos da,
cuando el débil a su hermano fortalece,...
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,

2. Cuando un hombre sufre y logra su consuelo,
cuando espera y no se cansa de esperar,
cuando amamos, aunque el odio nos rodee,...
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

3. Cuando crece la alegría y nos inunda,
cuando dicen nuestros labios la verdad,
cuando amamos el sentir de los sencillos,...
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

4. Cuando abunda el bien y llena los hogares,
cuando un hombre donde hay guerra pone paz,
cuando hermano le llamamos al extraño,...
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.

El viaje más largo

Érase una vez un rey que estaba a punto de morir y mandó llamar a uno de los bufones de la corte para que le divirtiera con sus chistes y su humor. Pero ni sus mejores chistes le arrancaban una sonrisa.
- ¿Por qué está tan triste, Majestad?
- Porque voy a hacer un largo viaje.
- ¿Pero si va a hacer un largo viaje cómo es que no está preparado? No veo maletas, ni ropas, ni caballos.
- Ese es el problema. He estado tan ocupado con otras cosas que ahora tengo que enfrentarme solo.
- Tenga mi gorro y mis campanillas porque ahora comprendo que usted es más tonto que yo. Va a hacer el viaje más largo de su vida y lo único que se le ocurre es llamarme para divertirle.

sábado, 13 de noviembre de 2021

Cristo Luz verdadera

                   Himno de Laudes

Dador de luz espléndido, a cuya luz serena,
Pasada ya la noche, el día se despliega.
Mensajero de luz que de luz centellea,
no es del alba el lucero: eres tú, Luz de veras,
más brillante que el sol, todo luz y pureza;
enciende nuestro pecho, alumbra el alma nuestra.
Ven, Autor de la vida, prez de la luz paterna,
sin cuya gracia el cuerpo se sobresalta y tiembla.
A Cristo, rey piadoso, y al Padre gloria eterna,
y por todos los siglos al Espíritu sea. Amén

El fósforo y la vela

Cierto día, el fósforo le dijo a la vela:
- Hoy te encenderé.
- ¡Oh no!, dijo la vela, tú no te das cuenta que si me enciendes, mis días estarán contados; no me hagas una maldad de esas.
- ¿Entonces tú quieres permanecer así toda tu vida?, ¿dura, fría y sin haber brillado nunca?, preguntó el fósforo.
- ¿Pero tienes que quemarme?, eso duele y además consume todas mis fuerzas, murmuró la vela.
- ¡Tienes toda la razón!, respondió el fósforo. Pero esa es nuestra misión, tú y yo fuimos hechos para ser luz y lo que yo como fósforo puedo hacer es muy poco, mi llama es pequeña y mi tiempo es corto. Pero si te paso mi llama, habré cumplido con el propósito de mi vida, yo fui hecho justamente para eso, para comenzar el fuego. Ahora tú eres una vela y tu misión es brillar, todo tu dolor y energía se transformará en luz y calor por un buen tiempo.
Oyendo eso, la vela miró al fósforo que ya estaba en el final de su llama y le dijo:
- ¡Por favor, enciéndeme!
Y así produjo una linda y brillante llama.

Así como la vela, a veces, es necesario pasar por experiencias duras, experimentar el dolor y sufrimiento para que lo mejor que tenemos surja, sea compartido y podamos ser LUZ. Si tuvieras que pasar por la experiencia de la vela, recuerda que servir y compartir el amor es el combustible que nos mantiene vivos. ¡Eres la luz del mundo y tu misión es irradiar esa luz! Nunca olvides que siempre debemos ser luz, una luz que guíe, no que opaque o ciegue. Brilla, para dar mucha luz a donde vayas y a quien le moleste, que se tape los ojos.

viernes, 12 de noviembre de 2021

¡Nacidos de la luz!

        Himno Liturgia de las horas

¡Nacidos de la luz!, ¡Hijos del día!
Vamos hacia el Señor de la mañana;
su claridad disipa nuestras sombras
y llena el corazón de regocijo.
Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,
limpie la oscuridad de nuestros ojos
y nos revele, al fin, cuál es la herencia
que nos legó en el Hijo Primogénito.
¡Honor y gloria a Dios, Padre celeste,
por medio de su Hijo Jesucristo
y el don de toda luz, el Santo Espíritu,
que vive por los siglos de los siglos! Amén.

Dios y el diablo

Una mujer muy pobre llamó a una emisora de radio para pedir la ayuda de Dios. Un no creyente que también escuchaba este programa de radio decidió burlarse de la mujer. Consiguió la dirección de la mujer de la emisora de radio y le dijo a su secretaria que llevara una gran cantidad de comida a la mujer. Pero le dio la siguiente instrucción:
- Cuando la mujer pregunte quién envió la comida, dígale que es del diablo.
Cuando la secretaria llegó a la casa de la mujer, ésta estaba feliz y agradecida por la ayuda recibida. Ella comenzó a poner los paquetes de comida en su casa. La secretaria le preguntó:
- ¿No quieres saber quién envió la comida?
La mujer respondió:
- No, no me importa porque cuando Dios manda, ¡hasta el Diablo obedece!

miércoles, 10 de noviembre de 2021

La buena gente

                José Mª R. Olaizola sj

No te sonríen con blancura dentífrica,
desde las páginas de una revista.
No acaparan flashes en los eventos de moda.
No reciben premios en las galas con más glamour
ni las multitudes corean sus nombres
en el concierto de los poderosos.
Pero no lo necesitan, para brillar con luz propia
en el baile de la historia.
Son el hombre justo, y la viuda pobre,
el profeta valiente y la mujer perdonada.
Son el peregrino que comparte su mesa y su palabra,
y el caminante que, en su fatiga, bromea y canta.
Son el carpintero y la muchacha, el alfarero y la criada,
el emigrante que no pierde la esperanza.
Son la buena gente, que en lo discreto,
transforma el duelo en danza.

Árboles de raíces profundas

Durante un tiempo fui vecino de un médico cuyo pasatiempo era plantar árboles en el enorme patio de su casa.
Desde mi ventana veía cómo día a día los plantaba. Lo que más me llamaba la atención era que no regaba los arbolitos. Tanta era mi curiosidad que un día me fui a preguntarle.
- Estimado vecino, me dijo, si riego los arbolitos, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando el agua que diariamente tendría que echarles. Al no regarlos, tardarán más en crecer, pero sus raíces se verán obligadas a profundizar en la tierra en busca del agua y de los nutrientes que se encuentran en las capas más profundas del suelo. Así, los árboles tendrán raíces profundas y serán más resistentes.
Por los avatares de la vida me fui a vivir a otro país. Cuando después de varios años volví a mi antigua casa, vi que mi vecino había cumplido su sueño, tenía un hermoso bosque.
Pronto llegó el rigor del invierno y en un día muy ventoso, cuando todos los árboles de la calle estaban arqueados por el viento, pude notar la solidez de los árboles de mi vecino, que casi ni se movían.
Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, al ser privados de agua, les había beneficiado mucho más, que el confort o un trato mucho más delicado.

“Siempre pedimos que las cosas sean fáciles, pero lo que necesitamos es pedir que en nuestro interior se formen raíces fuertes y profundas; para que cuando las tempestades lleguen sin previo aviso y los vientos helados soplen, seamos capaces de resistir, en vez de ser derrotados y destruidos como lo son los árboles sin raíces profundas”.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Alegrías

            B. González-Buelta

Hay muchas alegrías:
Una la de cargar con muchos beneficios
y otra la de danzar una existencia libre.
Una la de vivir rodeado de prestigio
y otra la de admirar todos los milagros.
Una la de empuñar el poder respetado
y otra la de estrechar la mano del pobre.
Una la de hincharse repleto de fortaleza
y otra la de irse disolviendo en el amor.
Una la de acumular los regalos de la suerte
y otra la de ser una dicha para los demás.
Una la de ser llevado al sillón de los primeros
y otra la de escabullirse hasta el banco de los últimos.
Una la de construir el propio yo
y otra la de regalarlo sin balanzas ni contratos.
Una es la alegría codiciada, pasajera que llevamos,
y otra es la alegría regalada, eterna que nos lleva.

Los dos mares de Palestina

Un mar es fresco, cargado de vida, con árboles en las orillas y peces nadando por sus aguas. El otro mar es triste, sin ningún signo de vida en sus aguas ni en sus alrededores.
Ambos mares son abastecidos con agua del mismo río, el río Jordán. La única diferencia es que en el primero, el agua que entra, la deja salir. Es el mar de Galilea.
El segundo, en cambio, por cada gota de agua que entra, no hay ninguna que sale. Es el Mar Muerto.
Existen dos tipos de mares en Palestina. También existen dos tipos de personas en el mundo. Aquellas que dan a otros, que al hacer felices a otros encuentran su propia felicidad. Y aquellas que son egoístas y que (por ello) se sienten muertas por dentro.
El mar Muerto es símbolo de los fariseos, de los que nos habla Jesús. Son y somos los que cuidan sólo las apariencias, lo externo, los que sólo piensan en sí mismos. Es el mar Muerto porque Dios cuenta poco.
El mar de Galilea es símbolo de vida, de lo nuevo, de la nueva Alianza, de la donación. Es el mar de Jesús donde predica, llama a sus discípulos, camina sobre las aguas, es el mar de la pesca milagrosa. El mar de Jesús es el mar del amor.

sábado, 6 de noviembre de 2021

He aprendido a vivir

                         Florentino Ulibarri

Ahora que he aprendido a vivir
sin acaparar, sin fantasear, sin quejarme,
sin apropiarme, sin erudición, sin claridades,
sin imágenes, sin mochilas, sin miedos, sin pesos...
Ahora que no estoy enganchado a nada:
ni a emociones, ni al trabajo, ni al dinero,
ni a la casa, ni a las ideas, ni a la información,
ni al consumo, ni al descanso, ni a la familia, ni a la iglesia...
Ahora que no deseo nada:
ni ganar, ni adquirir, ni poseer,
ni dominar, ni captar, ni tener,
ni lograr, ni obtener, ni alcanzar, ni triunfar...
Ahora que mi equipaje es ligero
para las noches oscuras, para los días largos,
para los lunes pesados, para los martes monótonos,
para los miércoles de siempre, para los jueves de confidencias,
para los viernes amargos, para los sábados de soledades,
Ahora, quizá sea caminante, peregrino, romero
aventurero, receptor, sabedor, creyente
y testigo de tu Pascua y resurrección.

¿Estás usando todas tus fuerzas?

Un niño estaba tratando de levantar una piedra, pero no podía ni siquiera moverla de su lugar, gruñía y forcejeaba. Mientras el niño luchaba con la piedra su padre lo observaba atento, esperando que su hijo le pidiera ayuda, pero eso no sucedía. Noto que su hijo se comenzaba a rendir y entonces el hombre se acercó y le dijo:
- ¿Estás usando todas tus fuerzas?
El niño le respondió agotado, pero intentando todavía mover la piedra:
- Sí, papá, estoy usando todas mis fuerzas, pero no logro moverla.
Su padre le dijo:
- Eso es porque no estás usando todas tus fuerzas.
El niño insistió enojado:
- ¡Sí estoy usando todas mis fuerzas, mira!
Entonces su padre le sonrió y le dijo:
- Hijo, no lo estás haciendo, si usaras todas tus fuerzas me pedirías ayuda. Yo soy tu padre, yo soy tu fuerza y puedes pedirme ayuda siempre que necesites.
Muchas veces nos pasa igual, nos creemos autosuficientes y nos cuesta reconocer que necesitamos ayuda, no pedimos ayuda e intentamos resolver todo solos.

Dios está esperando que pidamos su ayuda, como Padre amoroso que es.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Gracias, Señor (Himno de Laudes)

Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría, te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino, donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz que ilumina mi existir;
por este dulce dormir que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.

El labriego y sus hijos

                    Fábula de La Fontaine

Un rico labrador, que veía próxima su muerte, llamó a sus hijos aparte para hablarles sin testigos.
- ¡Guardaos muy bien -les dice- de vender vuestra heredad, legada por nuestros abuelos! Un tesoro oculta en su entraña, aunque ignoro su sitio. Más, con un poco de esfuerzo, conseguiréis encontrarlo. Pasada la cosecha, removed vuestro campo, cavadlo de arriba abajo, sin dejar un palmo que no muevan vuestras palas.
Murió el padre, y los hijos cavaron el campo de abajo arriba, y con tal ahínco que, al año siguiente, la cosecha fue más grande. Dinero no encontraron porque no lo había. Pero su padre fue un sabio, enseñándoles antes de morir que el trabajo es un tesoro.

martes, 2 de noviembre de 2021

¿Qué me dirás, Dios mío?

                               Patxi Loidi, paráfrasis

Me acerco a tu presencia
y, con una cierta inquietud interior, me pregunto:
- ¿Qué me dirás, Dios mío, al encontrarme frente a Ti?
- Bienvenido, hijo mío, ánimo, lo has hecho bien.
Yo me quedaré mudo,
porque llevaba preparadas mil explicaciones.
Tú me tomarás de la mano
y me enseñarás tu casa con todo detalle.
Solamente, como de pasada, me dirás:
- Ya teníamos ganas de verte aquí, con nosotros.
Yo te miraré al rostro asombrado veré que te brillan los ojos
y que luchas para que no te caiga ninguna lágrima.
Y todas mis explicaciones e historias se me irán de la cabeza.
Y mis fallos quedan sepultados para siempre
en el inmenso baúl de tu perdón y tu cariño.
Y empezaré a entender que eres gratuito como el agua y el sol.
¡Empezaré a entender, por fin, la parábola del hijo pródigo!
Y se me quedará clavada en el corazón una palabra eterna,
que la estás diciendo desde siempre,
aunque yo la escucharé de una manera nueva:
- Hijo, te quiero.
Y sentiré, ¡por primera vez!, una alegría plena, no pasajera.

La vela del niño

Esta es la historia de un hombre que había sufrido lo peor que le puede pasar a un padre: había perdido a su hijo. Desde ese día no dormía bien y se pasaba el día llorando.
Una noche, mientras dormía, un ángel apareció en sus sueños y le dijo:
- Debes dejar de llorar ya.
- Es que no soporto la idea de no verlo más, -respondió el hombre con pesar.
Entonces el ángel preguntó:
- ¿Te gustaría verlo?
El hombre respondió de inmediato afirmativamente, ¿cómo no iba a querer verlo si lo único que hace desde que lo perdió es soñar con volverlo a ver?
El ángel tomó de la mano al hombre y juntos aparecieron en el cielo, el ángel le dijo con una sonrisa que pronto vería a su hijo.
Aparecieron varios niños caminando, vestidos como angelitos, con alas y cada uno sostenía una vela encendida en sus manos. El hombre le preguntó con curiosidad al ángel:
- ¿Quiénes son?
- Estos son los niños que han partido este año, todos los días hacen este paseo con nosotros porque son puros.
- ¿Mi hijo está entre ellos?, preguntó el hombre esperanzado
- Sí, ya lo vas a ver.
Los niños seguían caminando, entonces el ángel señaló a uno de los niños y dijo:
- ¡Míralo, ahí viene!
El hombre sintió un nudo en su garganta, ahí venia su hijo, tal cual como lo recordaba, estaba radiante. Pero algo le llama la atención, de todos los niños es el único que lleva la vela apagada, el padre al ver esto sintió una enorme pena por su hijo.
Cuando el chico vio a su padre fue corriendo a su encuentro y se abrazó a él. El hombre no pudo aguantar su curiosidad y le preguntó a su hijo:
- Hijo, ¿por qué tu vela no está encendida? ¿es que acaso no la encienden como a la de los demás?
- Cada mañana encienden la mía, papá. Pero luego tus lagrimas apagan mi vela.
El hombre despertó en su habitación y comprendió la lección que le dio el ángel. Debía intentar ser feliz por su hijo, llorar no lo traería de vuelta y podía demostrarle su amor recordándolo todos los días y no permitiendo que la tristeza se apodere de su vida.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Santos a nuestro lado

                  José María R. Olaizola, sj

El camino es compartido.
Un río de rostros, una corriente de nombres,
una sucesión de tiempos y lugares
donde amamos, creemos, erramos.
Generación tras generación nos pasamos el relevo.
Somos peregrinos en esta larga marcha de la historia.
En cada vida se presentan encrucijadas
donde hay que elegir la senda y el equipaje,
donde toca buscar compañeros
y encaminar los pasos por el fluir de los días.
Vamos dejando detrás huellas de trigo o cizaña,
de reino o tierra quemada, de memoria o de olvido.
Avanzamos -sin pausa- hacia la meta penúltima
donde todos convergeremos.
En esta marcha caminan, en medio de nosotros,
inadvertidos, discretos, sin alardes ni estridencias
sal de la tierra y luz del mundo,
quienes hacen del amor, a tu modo, su motivo y su destino.

Consumirse por Cristo

Érase una vez una pequeña vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad en saber para qué servía ese hilito blanco que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja le dijo que ese era su “mecha” y que servía para ser “encendida”.— Ser “encendida” ¿qué significará eso? -dijo la vela.
La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese, porque era algo muy doloroso.
Nuestra pequeña vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aun cuando le habían advertido que era algo doloroso, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una obsesión. Hasta que por fin un día se dejó encender. Y nuestra vela se sintió feliz por ser luz que alumbra la oscuridad y da calor a los corazones de los hombres.
Muy pronto se dio cuenta de que dar luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia… Sí. Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un permanente consumirse… Entonces su alegría cobró una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y aceptó su nueva vocación.
A veces pensaba que habría sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un “estar ahí”, tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la llama, de dejar morir la luz para no sentirse tan molesta.
A la exigencia que había aceptado de alimentar la luz desde el interior, se unió la llamada fuerte a defender la luz. Más aún: su luz le permitió mirar a su alrededor y darse cuenta de que existían muchas velas apagadas; unas porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz, otras, por miedo a derretirse y otras porque fueron apagadas por las corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupada:
— ¿Podré yo encender otras velas?
Y, pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, para que hubiera mucha luz en el mundo.
Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas por todas partes. Velas viejas, velas hombres, velas mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas…. Y a todas les transmitía su luz.
Pasó el tiempo y, cuando presintió que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente, dijo con voz muy fuerte y con satisfacción en su rostro:
-- ¡Gracias a Cristo yo también he sido luz para este mundo”
Y poco después terminó de consumirse.

domingo, 31 de octubre de 2021

Tu mensaje es sencillo y claro

                        Mari Patxi Ayerra

Que nos amemos a nosotros mismos,
amando profundamente a los demás,
esa es la forma mejor de amarte
y la propuesta de vida que nos haces.
Nosotros complicamos nuestra fe,
con obligaciones y normas, o la volvemos rutinaria,
en vez de disfrutar y vivir el Amor.
Todos sentimos que estamos hechos para el encuentro,
que cuando amamos nuestra vida se vuelve armónica,
que querernos a nosotros mismos nos potencia,
y el saber que Tú nos amas nos sosiega y dinamiza.
Tu vida entera fue una lección de cómo hemos de vivir,
tu mensaje nos enseña a servir, siendo el último,
la misión que nos dejas es que construyamos tu Reino,
y que no descansemos hasta conseguir justicia e igualdad.
¡Qué suerte tenemos, Señor, de ser tu Iglesia!
¡Qué gozada es seguirte y vivir como Tú!
Márcanos siempre el camino a seguir.
Enséñanos a contar a los otros,
lo que Tú vas haciendo dentro de cada uno,
para que vivan la vida contigo a su derecha
disfrutando de tu Amor, tu impulso y tu sosiego.
Señor, ¡cuántas veces hablamos mal de Ti!...
con nuestro vivir triste, nuestro gesto cansado
y nuestros miedos y desconfianzas, de persona sin fe.
Envuélvenos a todos en tu abrazo paterno,
creyentes, ateos y de todos los grupos,
contágianos a todos tu respeto y tu Amor
para que no viva nadie sin fe en esta tierra,
pues cuando uno cree, vive mucho mejor.

Mi amor por ti es eterno

Esta es la historia de una pareja de esposos, estuvieron casados por 46 años y en cada uno de sus aniversarios, él le enviaba el ramo más hermoso a su esposa con una nota que decía siempre las mismas palabras: Mi amor por ti crece.
Fueron muchos momentos vividos, muchas sonrisas y lágrimas. Después de cuarenta y seis años juntos él murió, dejando a la mujer y a cuatro hijos. Dejó cuarenta y seis ramos de flores como muestra de su amor por su esposa.
Ya se acercaba el primer aniversario sin él y la mujer esperaba la llegada de ese día con nerviosismo y tristeza, pues sería la primera vez que no recibiría su hermoso ramo y sabía que no haría más que recordarlo.
Pero para su sorpresa, el día del aniversario recibió su acostumbrado ramo de flores, hermoso como siempre. Pensó que era un error, pero no, estaba dirigido a ella y se enfadó al comprobar que era de parte de su esposo.
La mujer llamó a la floristería, con el corazón roto y enojada para quejarse por lo sucedido, tenía que ser alguna broma cruel, su esposo había muerto.
Trató de mantener la calma y le dijo a la persona que atendió su llamada:
- Llamo porque acaban de cometer un error, me enviaron un ramo de flores de parte de mi esposo, pero eso es imposible, pues mi esposo murió hace un año.
La persona de la floristería supo enseguida de quien se trataba y respondió:
- No es un error, su marido, antes de morir, dejó pagados muchos ramos de flores, para que usted siga recibiendo un ramo en cada aniversario.
La mujer colgó el teléfono con un nudo en la garganta, se acercó al ramo y reviso la tarjeta, que decía: Mi amor por ti es eterno.
No importa cuantos años pasen, demuéstrale a la persona que amas con pequeños detalles lo que sientes por ella.

sábado, 30 de octubre de 2021

¡No te rindas...!

                       Poema de Mario Benedetti

Aunque sientas el cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime,
aunque un negocio se quiebre,
aunque una traición te hiera,
aunque una relación se apague,
aunque el dolor te queme los ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la ingratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo parezca nada,
¡¡vuelve a empezar!!

La hermosa leyenda de la flor de Cempasúchil (Crisantemo)

Esta es la historia de amor de dos jóvenes Aztecas, Xóchitl y Huitzilin así como la leyenda sobre la flor de Cempasúchil:
El romance de estos dos jóvenes comenzó cuando aún eran pequeños. Siendo niños se divertían jugando juntos y disfrutando de los alrededores de su pueblo. Con el tiempo, fue natural que entre ellos un gran amor floreciera.
Cuentan que todas las tardes subían a lo alto de la montaña a llevarle flores a Tonatiuh, el dios sol, él parecía sonreírles desde las alturas ante la ofrenda de los enamorados, y ellos juraron amarse por siempre, incluso más allá de la muerte.
Un día llegó la guerra y los amantes tuvieron que separarse ya que le joven Huitzilin tuvo que marchar a luchar.
Tristemente al poco tiempo llegaron noticias de que Huitzilin había sido herido y finalmente muerto. La bella Xóchitl sintió que su corazón se quebraba de dolor.
Decidió subir por última vez a la montaña para implorarle a Tonatiuh, el dios sol, que la uniera por siempre con su amor. El sol conmovido lanzó uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una hermosa flor, de colores tan intensos como los mismos rayos del sol.
Al poco tiempo llegó un colibrí que amoroso se posó en el centro de la flor.
Era Huitzilin que se había transformado en un bello colibrí. Al instante la flor se abrió en 20 pétalos, de aroma intenso y misterioso… Los enamorados estarían siempre unidos mientras existieran flores de cempasúchil y colibríes.
Es así como nació la flor de cempasúchil (crisantemo), la flor de muertos.

martes, 26 de octubre de 2021

Uno con él

             Amado Nervo

Eres uno con Dios, porque le amas.
¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria,
eres uno con Dios, porque le amas!
Le buscaste en los libros,
le buscaste en los templos,
le buscaste en los astros,
y un día el corazón te dijo, trémulo:
«aquí está», y desde entonces ya sois uno,
ya sois uno los dos, porque le amas.
No podrían separaros
ni el placer de la vida, ni el dolor de la muerte.
En el placer has de mirar su rostro,
en el dolor has de mirar su rostro,
en vida y muerte has de mirar su rostro.
«¡Dios!» dirás en los besos,
dirás «Dios» en los cantos,
dirás «¡Dios!» en los ayes.
Y comprendiendo al fin que es ilusorio
todo pecado (como toda vida),
y que nada de Él puede separarte,
uno con Dios te sentirás por siempre:
uno solo con Dios, porque le amas.

Los dos amigos y el oso

Fábula de Samaniego (adaptación)

Iban dos amigos por el bosque, cuando de repente les sale un oso al paso. Uno de los amigos, muy asustado, se subió a un árbol. El otro, que no estaba tan ágil, se vio abandonado a su suerte, se quedó en el suelo haciéndose el muerto.
El oso, al verlo, se acerca poco a poco. Pero este animal, que no se alimenta de cadáveres según dicen, comienza a olerlo, a tocarlo, lo registra, lo examina. Mas como nuestro amigo no se movía, y casi ni respiraba, es abandonado por el oso que se fue diciendo. "Este está tan muerto como mi bisabuelo".
Entonces el amigo, que estaba en el árbol, haciendo alarde de su amistad, baja corriendo y lo abraza. Comenta la fortuna que ha tenido el amigo al haber salido ileso de tan peligroso trance, y le dice:
- "Sabes, me parece que el oso te dijo algo al oído, mientras te olisqueaba. Dime ¿qué es lo que te ha dicho?
A lo que nuestro amigo contesta:
- "Sólo una cosa: aparta tu amistad de la persona que, si te ve en riesgo, te abandona".

domingo, 24 de octubre de 2021

Eres las manos de Jesús

Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo
la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos tu amor y tu fuerza para proseguir tu causa
y darte a conocer a todos cuantos podamos.

Ser creativo en la caridad

Había un hombre sentado en la esquina de una calle, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:
“Por favor, ayúdame, soy ciego”.
Un creativo de publicidad que iba de camino al trabajo se detuvo frente a él, leyó el letrero y se quedó pensativo. El ejecutivo observó que sólo había unas cuantas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso, cogió el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otra frase en la parte de detrás. A continuación volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego, y se marchó sin decir una palabra.
Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien había cogido su cartel y había garabateado en él.
- ¿Qué es lo que usted ha escrito o pintado en mi tabla?, le preguntó con curiosidad el invidente.
El publicista le contestó:
- Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, aunque está expresado con otras palabras. El publicista sonrió y continuó su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel rezaba:
“Hoy es primavera, y no puedo verla”.

La moraleja de esta historia nos dice: hay que cambiar de estrategia cuando no nos sale algo bien. Da una vuelta a tu pensamiento y obtendrás un resultado mejor.

viernes, 22 de octubre de 2021

¿A dónde voy, Señor?

                 Tomas Merton

Señor y Dios mío, no tengo ni idea de adónde voy.
No veo el camino que se abre ante mí.
No puedo saber con certeza dónde terminará.
Tampoco me conozco realmente a mí mismo,
y el hecho de pensar que estoy cumpliendo tu voluntad
no significa que la esté cumpliendo realmente.
Pero creo que el deseo de agradarte, de hecho, te agrada.
Y espero tener ese deseo en todo cuando hago.
Espero no hacer nunca nada que se aparte de ese deseo.
Por eso confiaré siempre en Ti.
Aunque parezca estar perdido y en sombras de muerte,
no he de temer, pues Tú estás siempre conmigo
y jamás vas a dejarme sólo frente al peligro.

El gorrión y la liebre

                       Fábula de Samaniego (adaptación)

Un malvado gorrión le decía a una liebre que había sido apresada por un águila:
- "¿No eres tú tan rápida que, cuando un perro logra cogerte, lo acarician y halagan por haber corrido tanto? Pues anda, corre ahora, ¿qué es lo que te detiene?".
De esta manera le hablaba el gorrión a la liebre, cuando llegó volando un gavilán y lo apresó. El gorrión comenzó a chillar y pedir auxilio, y dijo la liebre:
- "Lo tienes bien merecido. Antes, cuando me viste presa en las garras del águila, me insultabas y te burlabas de mí, ¿cómo te metes en los asuntos de los demás, si no sabes mirar primero por ti?".

viernes, 15 de octubre de 2021

Vuestra soy, para vos nací

Veisme aquí, mi dulce Amor, Amor dulce, veisme aquí.
¿Qué mandáis hacer de mi?
Veis aquí mi corazón.
Yo le pongo en vuestra palma
mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención, pues por vuestra me ofrecí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme muerte, dadme vida: dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad, dadme guerra o paz cumplida,
flaqueza o fuerza a mi vida, que a todo diré que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza, dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza, dadme infierno o dadme cielo,
vida, dulce, sol sin velo, pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración, si no, dadme sequedad,
si abundancia y devoción, y si no esterilidad,
soberana Majestad, sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis que esté holgando, quiero por amor holgar,
si me mandáis trabajar, morir quiero trabajando. Amén.

Anécdotas de la vida de Santa Teresa de Jesús

1.- Estaba un día con Isabel de Santo Domingo. En un momento de la conversación le dijo Santa Teresa:
Sepa que la quiero tanto porque se me parece mucho…
(y sor Isabel comenzó a alborozarse)
en lo malo, en lo malo, concluyó la santa.

2.- Tras recibir permiso para fundar conventos de frailes, Santa Teresa persuadió a fray Antonio de Jesús y a fray Juan de la Cruz para que se hicieran carmelitas descalzos. Y como fray Juan de la Cruz era pequeño de cuerpo, solía decir con mucha gracia:
Bendito sea Dios, que tengo para la fundación de mis descalzos fraile y medio.

3.- En la fundación de Burgos hubo recias contradicciones. El arzobispo se oponía admitir fundación tan pobre. La Santa replicó:
No temo qué les ha de faltar a mis hijas, sino lo que les ha de sobrar.

4.- Se acongojaba si la tenían por santa:
Después de muerta me han de dejar en el purgatorio hasta el juicio, porque, creyendo que soy santa, no me han de encomendar a Dios.

5.- El abad de la Colegiata de Medina les había hecho unos favores a las descalzas. Y para agradecerle los servicios prestados, la Santa le regaló un cilicio al tiempo que le decía:
Tome, hijo, que las carmelitas descalzas no tenemos otras dádivas que dar.

6.- La Santa, empujada por Dios, dejó aquella gran casa que era el monasterio de la Encarnación y para iniciar la Reforma. Con todo, Teresa, no olvidó este su primer convento y cuando pasaba por Ávila en sus viajes de fundadora, siempre hacía una escapada a la Encarnación y decía:
¿Qué les parece? Vuélvome a mi madre.

jueves, 14 de octubre de 2021

Oh Dios, autor de la luz,
de los cielos la lumbrera,
que el universo sostienes
abriendo tu mano diestra.
La aurora, con mar de grana,
cubriendo está las estrellas,
bautizando humedecida
con el rocío la tierra.
Auséntanse ya las sombras,
al orbe la noche deja,
y al nuevo día el lucero,
de Cristo imagen, despierta.
Tú, día de día, oh Dios,
y Luz de Luz, de potencia soberana,
oh Trinidad, doquier poderoso reinas.
Oh Salvador, ante ti inclinamos la cabeza,
y ante el Padre y el Espíritu,
dándote gloria perpetua. Amén.

El ciervo y la fuente

        Samaniego (Adaptación)


Un ciervo se miraba en una fuente de agua fresca y cristalina. Veía en el agua su figura y admiraba sus hermosos cuernos, diciendo:
- "¿Oh, qué cuernos tan complejos y hermosos tengo".
Más también se reflejaban sus patas en el agua, y esto ya no le hacía tanta gracia, pues las veía demasiado largas; y de esta manera se quejaba:
- "¡Oh, dioses! ¿Por qué a una cabeza tan hermosa como la mía, le habéis puesto unas patas tan largas? ¡Qué desproporción! ¿Oh, qué pesar tengo!, siempre iré por el mundo con este cuerpo. ¡Qué desdichado soy!"
Estaba en estas quejas, cuando vio venir a un perro fiero. Al verlo, salió corriendo por el bosque, pero sus cuernos se enganchaban con las ramas y retardaban su huida. A punto estuvo el perro de alcanzarlo. Pero, gracias a sus patas, largas y ligeras, logró escapar del perro.
Y se dijo: "Si estoy vivo, es gracias a mis patas. ¡Llévese el diablo mis hermosos cuernos! ¡Y que el cielo haga eternos mis feos pies!"

martes, 12 de octubre de 2021

Himno de Laudes a la Virgen del Pilar

Santa María del Pilar, escucha
nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta,
Madre de Dios y Madre de los hombres,
Reina y Señora.
Tú, la alegría y el honor del pueblo,
eres dulzura y esperanza nuestra:
desde tu trono, miras, guardas, velas,
Madre de España.
Árbol de vida, que nos diste a Cristo,
fruto bendito de tu seno virgen,
ven con nosotros hasta que lleguemos
contigo al puerto.
Gloria a Dios Padre, creador del mundo,
gloria a Dios Hijo, redentor de todos,
gloria al Espíritu que nos santifica:
al Trino y Uno. Amén.

El ciego y el paralítico

"En una ciudad de Asia había dos desgraciados, tullido el uno, el otro ciego, y pobres los dos. Rogaban al cielo que pusiera fin a sus vidas; mas sus gritos eran superfluos, no podían morir. Nuestro paralítico, tendido sobre un jergón en plena vía pública, sufría sin que nadie se compadeciera de él; doble era el sufrimiento.
El ciego, a quien todo le molestaba, se hallaba sin guía, sin sostén, sin tener siquiera un perro para amarle y conducirle.
Cierto día ocurrió que el ciego, a tientas, llegó a una esquina y se quedó junto al inválido; oyó sus gritos, quedó profundamente conmovido.
No hay más que los desgraciados que se compadezcan mutuamente.
- "Yo tengo mis males -le dijo-, y vos tenéis los vuestros: unámoslos, hermano; serán menos terribles."
- "¡Ay! -dijo el tullido-, ignoráis hermano, que yo no puedo dar ni un paso; y que vos mismo no veis nada. ¿De qué nos servirá unir nuestras desgracias?"
- "Escucha -repuso el ciego-, entre ambos poseemos todo lo necesario; yo tengo piernas y vos un par de ojos: yo os llevaré a cuestas y vos seréis mi guía, tus ojos dirigirán mis pasos inseguros, y mis piernas, a su vez, irán donde quieras. Así, sin que jamás nuestra amistad decida quién de los dos tiene mayor utilidad, yo andaré por vos y vos veréis por mi".

Ayudémonos mutuamente; el peso de las desgracias será así más ligero; el bien hecho a un hermano es un alivio para nuestros propios males.

domingo, 10 de octubre de 2021

No me des pobreza ni riqueza

 En el libro de los Proverbios un creyente se dirige a Dios con esta oración: 

Solo dos cosas te pido, Señor;
 no me las niegues antes de que muera: 
Aleja de mí la falsedad y la mentira; 
no me des pobreza ni riquezas, 
sino solo el pan de cada día. 
Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir:
“¿Y quién es el Señor?” 
Y teniendo poco, podría llegar a robar 
y deshonrar así el nombre de mi Dios."

¿Ser rico?

Un millonario pasaba gran parte de su tiempo contando sus monedas de oro.
Muy cerca de su mansión vivía un zapatero que pasaba el día arreglando zapatos y cantando bellas bala-das. Canciones que irritaban al hombre rico. Un día decidió regalarle unas monedas a ver si se callaba.
El zapatero muy feliz dejó de cantar y de trabajar. Ahora pasaba su tiempo escondiendo las monedas, cambiándolas de sitio para que nadie se las robara.
Un buen día cayó en la cuenta de que las monedas le habían robado sus canciones y su paz. Se fue a la casa del millonario y le dijo:
- Yo te devuelvo tus monedas y tú devuélveme mis canciones.

El dinero puede comprar una cama pero no los sueños.
Libros pero no el cerebro. Comida pero no apetito.
Adornos pero no Belleza. Una casa pero no un hogar.
Medicinas pero no salud. Lujos pero no cultura.
Diversión pero no felicidad. Un crucifijo pero no un salvador.
Un banco en la iglesia pero no en el cielo.
Lo que el dinero no puede comprar Dios lo da libremente sin cobrar.

sábado, 9 de octubre de 2021

Pedir, buscar, llamar

              José Mª R. Olaizola  

Sí, Señor, yo te pido el pan de cada día,
la paz en mis fronteras, la luz de tu palabra.
Pido que no me falte sencillez en los gestos,
cordura en el afecto, limpieza en la mirada.
Busco tu voz discreta que ni grita ni abruma,
tu presencia callada que todo lo transforma.
Voy buscando en mi entorno de tu paso las huellas,
de tu cruz las secuelas, de tu amor los reflejos.
Y llamo, sí, te llamo en los días felices
y en las noches oscuras.
Es tu nombre un tesoro que comparto, en voz baja,
sintiendo que al llamarte la bruma se disipa
y enciendes la esperanza.

Las Cajas de Dios

Cuenta la historia que un hombre pasaba por un mal momento. El estrés del trabajo y las responsabilidades no le dejaban dormir bien.
Una noche, antes de ir a dormir, pidió a Dios por ayuda. Antes de que pudiera terminar su oración, escuchó una voz que le decía:
- Hola hijo, he escuchado tus oraciones, he venido para ayudarte.
El hombre se volvió para ver quien le hablaba. Era Jesús, quien mostrándole un par de cajas, una negra y otra dorada, le dijo:
- He traído algo para ayudarte, toma estas cajas.
El hombre tomó las cajas y preguntó:
- Señor, ¿qué debo hacer con esto?
Jesús le respondió:
- En la caja negra meterás todas tus tristezas y en la caja dorada meterás todas tus alegrías, ¿sencillo, no es cierto?
- Si, señor –respondió el hombre– haré lo que me pides.
Pasó el tiempo y el hombre fue metiendo sus tristezas y sus alegrías en sus respectivas cajas. El hombre notaba que la caja dorada pesaba cada día más. Mientras que la caja negra no aumentaba su peso, a pesar de haber metido varias tristezas en ella.
Un día, la curiosidad le ganó y decidió mirar el interior de la caja negra, para descubrir por qué era tan ligera. Para su sorpresa no había ninguna tristeza adentro, en el fondo había un agujero por el cual las tristezas se habían escapado.
Intrigado, decidió preguntar a Jesús el porqué de aquel agujero.
- Señor, ¿qué es este agujero? ¿En dónde están mis tristezas?
Jesús, con una sonrisa le dijo:
- Hijo mío, todas ellas están aquí conmigo.
El hombre continúo preguntando:
- ¿Y porque me has dado las cajas? ¿Para qué la dorada? ¿Y para qué la caja negra con el agujero?
Jesús nuevamente con una sonrisa le respondió:
- Hijo mío, la dorada es para que tomes en cuenta tus bendiciones y la negra es para que puedas olvidar tus penas.
Muchas veces no notamos las bendiciones en nuestras vidas, le damos más importancia a las tristezas. Debemos aprender a valorar lo bueno y dejar ir lo malo.

 


martes, 5 de octubre de 2021

Oración de la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor;
que no haya injuria porque Tú nos das comprensión;
que no haya amargura, porque Tú nos bendices;
que no haya egoísmo porque Tú nos alientas;
que no haya rencor porque Tú nos das el perdón;
que no haya abandono porque Tú estás con nosotros:
que sepamos marchar hacia Ti en nuestro diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y amor.
Que cada noche nos encuentres más unidos como esposos.
Haz, Señor, de nuestras vidas una página llena de Ti.
Haz de nuestros hijos, lo que Tú anhelas; ayúdanos a educarlos.
Haz que nos esforcemos en el consuelo mutuo;
que hagamos del amor un motivo para amarte más
y que demos lo mejor de nosotros, para ser felices en el hogar.

El hombre y la mujer perfectos

Nasrudin se encontró un día con un amigo y éste le dijo:
- Estoy a punto de casarme. Soy muy feliz. ¿Y tú has pensado en casarte?
- Cuando era joven solía pensarlo y lo deseaba ardientemente, pero decidí esperar hasta encontrar la mujer perfecta. Así que viajé a Damasco y allí encontré una mujer muy hermosa, amable y espiritual, pero estaba desconectada de las cosas del mundo. 
Viajé a Alejandría y encontré una joven que era espiritual y conocedora de los asuntos del mundo, pero no logramos comunicarnos bien. 
Finalmente fui a El Cairo y allí encontré la mujer perfecta.
- ¿Y te casaste?, le preguntó el amigo.
- Desgraciadamente no. Ella también buscaba al hombre perfecto.