- Estoy a punto de casarme. Soy muy feliz. ¿Y tú has pensado en casarte?
- Cuando era joven solía pensarlo y lo deseaba ardientemente, pero decidí esperar hasta encontrar la mujer perfecta. Así que viajé a Damasco y allí encontré una mujer muy hermosa, amable y espiritual, pero estaba desconectada de las cosas del mundo.
Viajé a Alejandría y encontré una joven que era espiritual y conocedora de los asuntos del mundo, pero no logramos comunicarnos bien.
Finalmente fui a El Cairo y allí encontré la mujer perfecta.
- ¿Y te casaste?, le preguntó el amigo.
- Desgraciadamente no. Ella también buscaba al hombre perfecto.
- ¿Y te casaste?, le preguntó el amigo.
- Desgraciadamente no. Ella también buscaba al hombre perfecto.
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