jueves, 27 de enero de 2022

Un trocito de cirio (a los catequistas)

        José Luis Fernández de Valderrama

Hace muchos años, en una casita humilde de una gran ciudad, vivían una pareja de ancianos, de piel arrugada, de ojos vivaces y de sonrisa fácil.
Ayer habían estado recordando sus tiempos pasados, como buenos abuelitos, y se contaban el uno al otro las cosas que habían hecho durante todos los años que fueron catequistas. ¿Te acuerdas del día que empezamos? ¿Y cuando aquel grupo nos dejó mudos sin saber que responder? Y así siguieron recordando tantas aventuras, alegrías, problemas y meteduras de pata. Recordaron a los curitas, a tantos y tantos papás y niños...
¿Te acuerdas de Carmen y Rafael? ¿Y de Pedro e Isabel? ¿Y de Juan y Maca que estaban separados y...? Oye, ¿te acuerdas de todo lo que sufrió Josefa? ¿Y de Claudia con su enfermedad y con tantos pequeños? ¿Y de lo mal que lo pasamos con todas las críticas de José y Juana? ¿Y de todo lo que tuvimos que hacer para que se pudiera operar Rosita?
Y así, se pasaron toda la tarde recordando y al final su rostro se fue llenando de silencio y de nostalgia, con un rasgo de tristeza. Los dos guardaron silencio, pues no querían preocupar al otro, pero en sus adentros se preguntaban cada uno: ¿qué habrá sido de la vida de tantos papás y niños? ¿Dónde estarán, qué harán, cómo será su vida? ¿Serán buenas personas y buenos cristianos? ¿Habrá servido de algo todo nuestro esfuerzo y privaciones, nuestra dedicación y entusiasmo, nuestro deseo de servir al Señor, de que conocieran su amor y fueran más felices? Se hizo de noche y esta vez se fueron a la cama con una arruga más en la frente y en el corazón.
A la mañana siguiente oyeron temprano el timbre de la puerta. Salió el abuelo y era el cartero que depositó en sus manos un pequeño paquete. Los ancianos, después de mirarlo unos minutos con asombro, se dispusieron a abrirlo con cuidado. Dentro había un trocito de cirio muy pequeño, viejo, amarillento y consumido, y una tarjeta del presidente de una importante ONG que decía: Gracias. Esta luz ha iluminado siempre nuestra vida. Un abrazo, José y Juana”.

¡Felicidades a tod@s l@s Catequistas!… porque hoy celebramos a San Enrique de Ossó, patrono de los Catequistas en España.

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