miércoles, 22 de junio de 2022

La luz de mi madre...

       Luis Maya

- ¡¡Basta ya de llorar!!
- Es que no puedo soportar la idea de no verla nunca más.
El ángel me respondió:
- ¿La quieres ver?
¡¡Yo respondí, afirmativamente!!
Entonces el ángel me agarró de la mano y me subió al cielo.
- Ahora la vas a ver, quédate acá.
Por una acera enorme comenzaron a pasar un montón de Mamas, vestidas como ángeles, con sus ropas muy blancas y una vela encendida entre las manos.
Le pregunté al ángel:
- ¿Quiénes son?
Y el ángel me respondió:
- Éstas son las Mamas que han muerto en estos años, y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puras.
- ¿Mi Mamá está entre ellas?
- Sí, ahora la vas a ver.
Y pasaron cientos y cientos de Madres.
- ¡¡Ahí viene!!, me avisa el ángel.
Yo la vi ¡radiante!, como la recordaba. Pero había algo diferente a las demás... Era la única Mamá que tenía la vela apagada. Sentí una enorme angustia y una terrible tristeza por mi Mamá. En ese momento mi Mamá me ve, viene corriendo y se abraza a mi.
La abracé con fuerza y le pregunté:
- Mamá, ¿porqué tu vela no tiene luz? ¿Por qué no encienden tu vela como a las demás?
- Sí la prenden Hijo, me respondió, cada mañana encienden mi vela igual que las demás mamas. Pero... ¿sabes qué pasa hijo? Cada noche tus lágrimas apagan la mía. Por favor, deja que mi luz siga encendida, ya no sufras por mí, yo acá estoy bien, cuida de ti mismo, algún día vendrás y aquí estaremos juntos para siempre.

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