y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande! ¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
¡El nombre de Dios es grande! ¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Cantemos sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo
¡Qué grande, en medio del pueblo
el Dios que nos justifica!» Amén.
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