martes, 9 de julio de 2024

La cena es a las siete...

— Mamá, tengo que reunirme con un compañero, vuelvo enseguida -le dice mi hermano a mi madre.
A lo que ella le contesta apresuradamente:
— Hijo, vuelve pronto, la cena es a las siete.
Entonces yo le digo:
— Yo no cenaré en casa, Carlos me llevará al nuevo restaurante italiano que acaban de inaugurar...
En ese momento suena el teléfono y mi madre contesta, era mi padre, llegará tarde del trabajo y pide que no lo esperemos para la cena.
Esa noche Raúl tampoco llegó a la cena a casa, mamá tuvo que cenar sola...
Al día siguiente, mi hermano y yo fuimos a la fiesta de un amigo, así que tampoco estuvimos en casa a tiempo. Papá llamó otra vez para decir que no sabía si llegaría a casa temprano.
— Rafa, intenta llegar a la cena, es a las siete -le dijo mi madre-.
Esa noche ella cenó sola otra vez.
El fin de semana papá salió de viaje de negocios, Raúl se fue a la playa con su novia y yo me quedé en casa.
— Renata, la cena es a las siete, prepárate.
— No, mamá, ya pedí una pizza -respondo-.
Y así fueron pasando los días, casi nunca cenamos en casa y prestábamos poca atención a mamá, estábamos en nuestras cosas... Ella se quedó sola muchas veces con la mesa puesta; "mañana", solíamos decir...
Ayer mamá fue ingresada en el hospital, nos hemos enterado que estaba enferma desde hace tiempo y la quimioterapia no funcionó desde el principio; ella no dijo nada a nadie en casa y soportó el dolor sola, para no preocuparnos. El doctor se acercó y nos dijo:
— Julieta no quería que estuvieran tristes por esto y se negó a que lo supieran; dijo que sólo quería pasar el tiempo que le quedaba con vosotros y que les prepararía sus comidas favoritas para cenar..., cuando todos pudieran estar libres.
Hoy mi madre murió. El entierro fue esa tarde, y estuvimos un buen rato en el cementerio.
Al llegar a casa, las lágrimas brotaron de nuestros ojos..., la casa se sentía vacía y mi padre dijo:
— Cariño... ¡¡¡estamos aquí!!!, esperando que ella salga a recibirlo sonriente.
Hoy Raúl no quiso salir con sus amigos, papá apagó el teléfono del trabajo, y yo, ya no quiero ir a un restaurante o pedir pizza. Hoy todos estuvimos en casa, pero esta vez no oímos esa voz, esa voz que cada noche nos decía: "La cena es a las siete".

No hay comentarios:

Publicar un comentario