Les llamó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Una vez que estaban todos y habían llevado las varas, hizo un haz con ellas y les dijo que las rompieran.
Por mucho que lo intentaron unos y otros y a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron.
Entonces el padre deshizo el haz y les dio las varas una a una. De esta forma, sus hijos las rompieron fácilmente.
- ¡Ahí tenéis! Les dijo el padre. Si también vosotros, hijos míos, permanecéis unidos, siempre seréis invencibles ante vuestros enemigos. Pero estando divididos, seréis vencidos uno a uno con facilidad. Nunca olvidéis que en la unión se encuentra la fortaleza.
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