Una mañana de primavera el caracol Ramón salió
a pasear por el campo. El caracol disfrutaba mucho de su paseo, cuando de
repente escuchó cerca del lugar unos llantos. El caracol intrigado caminó lo
más deprisa que pudo para descubrir de donde venían los llantos. Pronto se dio
cuenta que era una flor la que lloraba desconsoladamente.
- ¿Que te pasa Margarita?, dijo el caracol.
- Estoy muy triste porque se me ha caído un pétalo
y ahora ya no soy la más bonita del lugar, dijo la flor.
El caracol Ramón, que era muy bueno, decidió
ayudarle y prometió que pronto volvería con la solución.
Por el camino se encontró con una mariquita a
la cual pidió ayuda, pero ésta se encontraba tomando el sol y no quiso ayudarle
para que su amiga la flor Margarita volviera a sonreír.
El caracol Ramón siguió su camino buscando a
alguien que le quisiera ayudar, de momento, entre unas piedras, se encontró con
una araña. El caracol le contó el problema que tenía su amiga Margarita y le
pidió que le ayudase. La araña muy enfadada contestó que estaba muy ocupada tejiendo
su tela de araña y que la dejase en paz.
El caracol todavía ilusionado por ayudar a la
flor continuó buscando. Al poco rato se tropezó con una tortuga a la que
enseguida le pidió ayuda, pero ésta, al igual que la mariquita y la araña, no
quiso ayudarle.
El caracol Ramón no cesaba en su búsqueda, pues
estaba seguro que alguien tenía que ayudarle. De repente, y como por arte de
magia, apareció en el lugar su amigo el duende. El caracol Ramón se acercó hasta
él y le dijo:
- Hola amigo duende, necesito que me ayudes.
El caracol le contó toda la historia a su amigo
el duende y éste enseguida le dio la solución diciéndole:
- Toma este pegamento mágico y pégale el pétalo
a tu amiga.
El caracol Ramón siguiendo las instrucciones de
su amigo el duende marchó rápidamente dándole las gracias.
Cuando llegó al lugar le puso el pegamento mágico
al pétalo de la flor y ésta volvió a recuperar todos sus pétalos. La flor
volvió a sonreír y, desde aquel momento, el caracol Ramón fue su mejor amigo.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y
por la chimenea se ha ido volando.
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