En una
ocasión se ofrecía en el local de una ciudad la muestra de varias pinturas.
Entre los cuadros pintados, estaba uno donde se presentaba a Jesús en medio de un
jardín oscuro.
Con su mano
izquierda sostiene una lámpara que ilumina la escena, y con la derecha llama a
una puerta que se ve, de material muy grueso y pesado.
Mientras la
gente contemplaba los cuadros, uno de ellos se acercó al pintor de este cuadro
para hacerle notar un ¨error¨ en su pintura, le dijo:
- En su
cuadro hay un error, la puerta no tiene pintada la manija (para abrirla).
El pintor
le contestó:
- No es un
error. La puerta representa el corazón humano… ¡Y sólo se abre por dentro!
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