jueves, 6 de junio de 2019

Sobre la humildad


La hoja blanca Kahlil Gibrán
Dijo un día una hoja blanca de papel:
- Me he formado blanca, nítida, inmaculada y pura, y así seré hasta la eternidad. Prefiero quemarme y volverme ceniza blanca antes de permitir que me mancille la negrura y me manche la suciedad.
Un tintero oyó aquellas razones y sintió lastima en su negro corazón, pero no se atrevió a tocar aquella hoja blanca de papel.
La oyeron también las plumas, los bolígrafos, los lápices, los pinceles... y tampoco la tocaron. Y así permaneció la hoja de papel blanca, nítida, cual la nieve... pero vacía.

El perro y el reflejo en el río  Esopo
Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un pedazo de carne. Vio su reflejo en el agua del río y creyó que era otro perro que llevaba un trozo de carne mayor. Y deseando más el ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo al que creía su compañero. Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, y el otro porque se lo llevó la corriente.
Al codiciar el bien ajeno, se puede perder lo que ya se ha adquirido con el esfuerzo.

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