Osho
En una ocasión,
un hombre iba viajando y entró casualmente en el paraíso. Los indios creen que
en el paraíso hay árboles llamados kalpatarus que conceden todos los deseos.
Basta con sentarse debajo de ellos, desear algo, y el deseo se realiza.
Piensas, y tu pensamiento se convierte en cosas; el pensamiento se plasma
automáticamente.
Los kalpatarus
no son otra cosa que símbolos de la mente. La mente es creativa, los
pensamientos son creativos.
El hombre
estaba cansado y se quedó dormido debajo de uno de estos árboles que conceden
los deseos. Cuando despertó, como estaba muy hambriento, dijo:
- «Ojalá que
pudiera conseguir comida en algún sitio».
Y de repente el
alimento surgió de la nada y flotaba en el aire; era una comida deliciosa.
Empezó a comer inmediatamente y cuando se sintió satisfecho, surgió en él otro
pensamiento:
- «Si pudiera
conseguir algo de bebida...» Y se materializó inmediatamente un vino delicioso.
Bebiendo el
vino y relajado a la sombra del árbol en la brisa fresca del paraíso, el hombre
empezó a preguntarse:
- «¿Qué está
pasando? ¿Estoy soñando o estoy rodeado de fantasmas que me gastan bromas?» ¡Y
aparecieron los fantasmas! Eran feroces, horribles… Se puso a temblar y se le
pasó un pensamiento por la cabeza: «Ahora seguro que me van a matar. Estos fantasmas
van a acabar conmigo».
Y le mataron.
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