sábado, 27 de febrero de 2021

Invocando a Buda

Cierta mujer invocaba cientos de veces al día el nombre de Buda, sin llegar a entender nunca la esencia de sus enseñanzas. Después de diez años, todo lo que consiguió fue aumentar su amargura y desesperación porque creía que no era escuchada.
Un monje budista se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y cierta tarde se acercó hasta su casa.
- Señora Cheng, ¡abra la puerta!
La mujer se irritó y accionó una campana para comunicar que estaba rezando y no quería que la molestasen. Pero el monje insistió varias veces.
- ¡Señora Cheng! ¡Tenemos que hablar! ¡Salga, es apenas un minuto!
Furiosa, abrió la puerta con violencia.
- Pero ¿qué tipo de monje eres tú, no ves que estoy rezando?
- Yo he llamado solo cuatro veces y mire lo enfadada que se ha puesto. ¡Imagine lo que Buda debe de estar sintiendo después de haber sido llamado durante diez años!
Y concluyó.
- Si llamamos con la boca pero no sentimos con el corazón, nada ocurrirá. Cambie su manera de invocar a Buda; entienda lo que él dijo y ya no le hará falta nada más.

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