miércoles, 22 de febrero de 2023

Salmo de reconsideración de nuestra vida limitada

Yo sé que me quieres, Señor, porque eres bueno,
porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mis bajos fondos de todo lo que es negativo
y de mis caídas continuas, levántame.
Sé que soy pecador y me siento como tal, ante Ti, Señor.
Me alegra saber que eres Padre y Madre a un mismo tiempo,
y aunque sé que eres justo y recto, sabes aceptarme
y quererme más allá de la justicia y de lo que soy cada día.
Sé que tú me miras fijamente
y amas lo profundo y limpio dentro de mí,
y me amas cálidamente como amigo silencioso.
Abrázame y tu afecto cambiará mi corazón,
Sé mi amigo y caminaré hacia la cumbre.
Devuélveme, que lo perdí, el gozo y la alegría,
y así toda mi vida será una fiesta agradecida.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
y ayúdame con tu amistad a renovarme.
Dame la alegría de tu salvación.
Te lo pido con un corazón sincero
para así contar contigo en cada instante.
Les diré a otros que tus caminos son formidables,
y que no tengan miedo al fracaso y se fíen plenamente de ti.
Dame vida, pues yo amo el vivir, Tú que eres el Dios de la vida,
y con ella diré a los demás que contigo todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios hacia ti, Señor,
para que te diga cuánto cuento contigo.
Yo sé que tú no quieres de mí palabras vacías.
Lo que me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que buscas en mí.

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