jueves, 1 de junio de 2023

“La fidelidad se llama Canelo”

        José Luis Martín Descalzo

En su día, contaban los medios de comunicación que en el cementerio de San Javier de Murcia, hay un perro que lleva diez años durmiendo y viviendo sobre la tumba de su amo. El animal, si es que así puede llamársele, días después de la muerte de su amo, añorando su presencia, se encaminó él solo al cementerio, encontró, ¿quién le guiaba?, su tumba y sobre ella se sentó a esperar a la muerte.
Durante muchos días no se movió de encima de su lápida, sin alejarse siquiera para buscar comida.
Sólo más tarde, el viejo sepulturero se apiadó de él y sustituyó, en parte, el cariño del muerto. Pero Canelo nunca renunció a su fidelidad.
Y allí sigue, recordando a un muerto cuyos parientes ya le han olvidado. El amor del perrillo es la única flor que adorna esa tumba. Hasta el verdín ha borrado ya casi el nombre del muerto. En la memoria de Canelo no se ha borrado nada.

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