— ¿Qué estás haciendo, Tomás?
— Estoy preparando la tierra para plantar higueras -contestó el octogenario.
— ¿Esperas llegar a comer los higos que den estos árboles? -dijo con guasa su vecino.
— Es posible que no, pero toda mi vida he comido higos de árboles que no había plantado. Y esto hubiera sido imposible si otras personas no hubieran hecho antes lo que yo estoy haciendo ahora. Sólo estoy pagando la deuda que tengo contraída con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario