domingo, 13 de agosto de 2023

De qué color es tu corazón

            Amparo Martí

Había una vez un increíble reino situado en el interior del bosque, gobernado por el Rey Milo y su esposa la Reina Lía. El Rey Milo estaba muy feliz porque iba a llegar al mundo el heredero al trono, así que mandó llamar a todos los aldeanos para dar la bienvenida.
Todos los presentes aguardaban el gran suceso en los jardines del palacio. Finalmente sonaron las trompetas anunciando el nacimiento del nuevo Príncipe. El Rey estaba feliz al descubrir que su retoño era una bola de Esponja color azul, porque en su reino los Príncipes son azules.
- Ha llegado al mundo mi heredero y por nombre llevará Milo Esponja.
- ¡Viva el Príncipe Milo! ¡Larga vida al rey!
Los Magos, como obsequio al Príncipe, concentraron su poder y lo vertieron sobre él.
- Príncipe Milo dotamos tu vida de poder y capacidades que te protegerán, y ayudarán a superar todos los contratiempos -señalaron los Magos.

- ¡Viva el Príncipe Milo! exclamaron todos.

La vida transcurría y el Príncipe aprendía rápidamente a hablar, a caminar, a comer, en fin, todas las necesidades cotidianas.
El Rey estaba orgulloso del Príncipe Milo porque tenía cualidades excepcionales, y su conducta era intachable, patrones indispensables para llegar a ser un gran caballero.
Poco a poco el Príncipe Milo se convirtió en un atractivo joven, un Príncipe azul que dominaba todas las artes, pero sobre todo le encantaba montar a caballo.
Cierto día el Rey Milo enfermó de gravedad. Mandó llamar a su presencia al Mago Zu que era el médico más experimentados de la corte real.
- Efectivamente majestad, usted está muy grave, pero es posible detener su enfermedad. Solo que existe un inconveniente -manifestó el gran Mago Zu
- ¿Qué podría ser tan complicado que mi fortuna no pueda solucionar? -indicó el Rey Milo.
- Mmm no se trata de dinero sino de un acto de amor y precisamente debe ser el Príncipe quien tiene que ir al interior del bosque para encontrar la flor color morado, y traerla a su presencia, pero ahí está la inconveniencia que, cuando el Príncipe tome la flor en sus manos el color azul del Príncipe cambiará al color de la flor -explicó el Mago Zu.
- ¿Morado? ¡No!, los Príncipes son azules, prefiero morir -exclamó el Rey.
El Príncipe escuchó la conversación y sin preguntar ni dudar un instante, subió a su caballo y se fue a galope a encontrar esa flor morada, la vida de su padre era más importante que conservar su color azul.
Pasaron varios días, el Rey Milo se debatía entre la vida y la muerte, el Príncipe cruzó montañas inaccesibles, luchó contra dragones escupe fuego, superó grandes tormentas y cuando estaba a punto de desfallecer, ante sus ojos encontró la magnífica flor morada
- ¡Por sin! Exclamó El Príncipe, dando un profundo suspiro. De inmediato regresó a palacio, aunque su color ya no era azul sino de tono morado, pero no le importó y se apresuró a llevar la flor a su padre. Y su acto heroico fue determinante para salvar la vida del Rey,
El Rey Milo se sintió muy orgulloso y honró la valentía de su hijo.
- Hijo me siento muy halagado de ser tu padre, he aprendido tu lección, el color no es indispensable, siempre serás un Príncipe merecedor de todas las victorias y no importa el color de tu apariencia, porque sé de qué color es tu corazón, es el color del amor, concluyó el Rey dando un abrazo al Príncipe.
- ¡Viva el Rey, larga vida al Príncipe!, gritó la multitud presente.
El Príncipe Milo llegó a ser un Rey muy querido y respetado, pero sobre todo un ser humano muy feliz...

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