domingo, 21 de abril de 2024

La oveja robada

Un pastor fue arrestado por haber robado una oveja. Él juraba que era inocente, que la oveja era suya y que hacía días que la había echado en falta.
Llevaron el caso al juez y éste no sabía cómo resolver el caso. Finalmente decidió que trajeran la oveja a la sala y mandó al acusador que saliera de la sala y llamara a su oveja.
La oveja no respondió a su voz, sólo levantaba la cabeza asustada.
El juez mandó luego salir al acusado y cuando éste comenzó a hacer su llamada habitual la oveja saltó y corrió hacia la puerta.
Estaba claro que la oveja conocía la voz de su dueño.
Su oveja, dijo el juez, lo conoce. Y entregó a la oveja a su pastor.

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