sábado, 31 de agosto de 2024

El hombre que quería cambiar el mundo

        Ángel María

Érase una vez, un hombre que, cada mañana, se despertaba con la misma idea en su cabeza, la de cambiar el mundo. Se levantaba de la cama, se miraba al espejo y le decía a su reflejo: “tú puedes cambiar el mundo”.
Luego, se arreglaba, desayunaba y se preparaba para ir a su trabajo, donde pasaba la jornada inmerso en una actividad frenética, atendiendo sus tareas de manera organizada y disciplinada.
Al cabo de unas horas, regresaba a su casa, se preparaba la cena, se distraía un rato viendo la televisión, leyendo un libro o escuchando música y, antes de marcharse de nuevo a la cama, se miraba en el espejo y le decía a su reflejo: “dame fuerzas para poder cambiar el mundo mañana”.
Al día siguiente, repetía la misma rutina. Al levantarse, se recordaba que podía cambiar el mundo, y antes de acostarse, pedía tener fuerzas para intentarlo nuevamente al despertar. Y así un día tras otro, mientras el tiempo iba pasando y veía que el mundo no cambiaba, lo que hacía que cada vez se sintiera más triste y desesperanzado.
Por ello, al cabo de unos años, pensó que quizás, intentar cambiar el mundo era una tarea demasiado ambiciosa, por lo que probó a modificar un poco los mensajes que se decía diariamente. Y aquella mañana, cuando se levantó de la cama y se miró al espejo, le dijo a su reflejo: “tú puedes cambiar el entorno que te rodea”. Y de igual forma, modificó el mensaje que se decía antes de acostarse.
Los años seguían pasando, y tampoco veía ningún cambio en su entorno, ni mucho menos en el mundo, por lo que empezó a perder la esperanza.
Al cabo de mucho tiempo, una noche tuvo un sueño revelador y, al despertar, en su mente solo se repetía una frase que había estado escuchando en su sueño: “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
Esas fueron las palabras que se dijo esa mañana a su propio reflejo del espejo. Y eso fue lo que empezó a hacer desde ese mismo día; ser el cambio que quería ver en el mundo. Y es cuando todo empezó a ser distinto, tal y como él quería. Porque cambiar el mundo empieza en ti, en definir tu propósito.

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