martes, 11 de julio de 2017

A mi hijo/a

De Dios, tu Padre y Madre

Hijo mío, que estás en la tierra
y te sientes preocupado, confundido, triste...
Yo conozco perfectamente tu nombre
y lo pronuncio bendiciéndolo, porque te amo, es decir, te acepto como has venido siendo.
Juntos construiremos mi Reino, del cual tú eres mi heredero
y en eso no estarás solo porque yo soy en ti como tú eres en Mí.
Deseo siempre que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas humanamente feliz.
Tendrás el pan para hoy... no te preocupes.
Pero recuerda, no es solo tuyo, te pido que siempre lo compartas con tu prójimo;
es para ti y para todos tus hermanos.
Siempre disculpo todas tus ofensas, aún más, las exculpo,
pues antes de que las cometas, sé que las cometerás,
pero también sé que a veces, es la única forma que tienes
para aprender, crecer e irte identificando conmigo, que es tu vocación... 
solo te pido de igual manera, te perdones tú y perdones a los que te ofenden.
Sé que tendrás tentaciones y estoy seguro que saldrás adelante. 
Toma fuerte mi mano, aférrate siempre a Mí, y Yo te daré el discernimiento
para que te des cuenta que desde hace mucho te di 
y te seguiré dando la fuerza para que te libres del mal.
Nunca olvides que te amo desde antes del comienzo de tus días, 
y que te amaré hasta después del fin de ellos,
porque soy en ti... como tú eres en Mí...
Que mi bendición quede contigo desde todo el tiempo
y que mi paz y amor eternos te cubran siempre.
Solo de Mí podías haberlos obtenido y solo Yo podía dártelos, 
porque ¡Yo soy el Amor y la Paz!

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