sábado, 15 de julio de 2017

El amor es "a fondo perdido"

Había un matrimonio, joven, que tenía dos hijos. Un viernes salieron los padres a cenar. Dejaron encargado de su hermanito, que sólo era un bebé, al hijo mayor de 12 años. La verdad es que le dio mucha lata el pequeñín. Al final, el hijo mayor le pasó a su madre una factura.
Escrito en un papel había dejado esta nota: 
«porque ha llorado y le he tenido que consolar, cinco euros;
porque le he dado de comer, cinco euros;
porque le he dado de beber, dos euros;
porque le he tenido que acunar, seis euros;
porque le he tenido que limpiar, dos euros;
Total, veinte euros».
Cuando llegaron los padres, la madre, al ver la factura, colocó los veinte euros y escribió por detrás: 
«por los nueve meses que te llevé en mi vientre, un regalo;
porque me levanté mil veces a cuidarte, un regalo;
porque te he llevado a la escuela, al médico, un regalo;
porque te preparo la comida cada día, un regalo
porque te preparo la ropa y lo que necesitas, un regalo;
Total, siempre un regalo».
Cuando el hijo se levantó por la mañana y vio la nota de su madre, dejó los veinte euros y, entre lágrimas,  fue a dar un abrazo a su madre.

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