martes, 5 de septiembre de 2017

El círculo del odio

Para recordar cuándo te encuentras dentro del círculo, y para que recuerdes que tú decides cuando quieres salir de él.

Un importante empresario, estaba enojado y reprendió al director de uno de sus negocios. 
El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado porque había un abundante almuerzo.
La señora, gritó a la empleada, que después de la regañina, rompió un plato y dio una patada al perro porque la hizo tropezar.
El animal salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por allí. Cuando ella fue a la farmacia, para hacerse una cura, le gritó al farmacéutico porque le dolió cuando le puso la vacuna. Este hombre, llegó a su casa y le gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.
La señora, manantial de amor y perdón, le acarició la cabeza mientras le retiraba el plato y le decía:
- “Hijo querido, te prometo que mañana haré tu comida favorita. Trabajas mucho, estás cansado y hoy necesitas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas, para que puedas descansar bien. Mañana te sentirás mejor”
Lo besó y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos. En ese momento, se interrumpió el círculo del odio, al chocar con la paciencia, la aceptación, la dulzura, el perdón y el amor.
Porque tú siempre puedes decidir terminar una discusión, porque no importa el tamaño de la ofensa, hace más daño continuar la pelea. Somos nosotros quien podemos dar el primer paso, para que el círculo del odio se apague, para que la llama de la ira se extinga. Aceptando que el otro puede tener un mal día y que su actitud no es algo personal contra nosotros. 

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