martes, 5 de septiembre de 2017

Yo soy el Dios de tu esperanza

Yo no soy el Dios del pasado,  ni de la nostalgia de tu niñez.
Yo soy el Dios de tu esperanza. Yo soy el desafío permanente. 
Yo soy el riesgo, el Dios de la aventura del hombre, y de su iniciativa.
Quien me busca, me encuentra. 
A quien se pone en marcha, yo le abro mi camino. 
A quien se pone en marcha, el resto se le dará por añadidura.
Yo te doy confianza hasta el punto de haberte hecho libre...
La nube sigue el viento. El riachuelo, la pendiente. El animal, la vida. 
Yo te he hecho más libre que todo. 
Pues tú puedes, incluso, rechazar la libertad. 
La puedes encadenar a tu comodidad, a tus costumbres, 
a tus débiles convicciones.
Yo te he hecho más libre que todo para que puedas escoger amar.
Yo soy el Dios de la sonrisa, que siempre alarga la mano. 
Yo soy el Dios del servicio a los otros. ¡Venga! ¡No tengas miedo! 
El mundo queda por hacer. El hombre, por construir. El amor, por reinventar.

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