jueves, 23 de mayo de 2019

Pero te quiero, María

Como una nube blanca en el cielo, 
como rayo de luz que no logro alcanzar,
como una flor mecida por el viento,
como sol radiante en mi amanecer.
Nunca tengo palabras para hablarte,
para decirte lo que eres para mí, te siento a mi cercana
y no puedo alcanzarte, pero te quiero así…
Como soplo de viento en la mañana,
como valle que empieza a florecer,
como esa palabra que me alienta,
como el arcoiris después de la lluvia.
Enséñame, María, tu silencio, déjame en tus manos,
para aprender a amar, sentirte aún más cercana,
para poder hablarte como una amiga más.
De tus manos recibí la ternura de esa madre, que enseña a caminar,
eres la luz del faro que me guía, y a buen puerto mi vida llevará.
Al fin encuentro palabras para hablarte,
para decirte lo que eres para mí: eres Madre y hermana
y, desde hoy, mi ideal para vivir…

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