sábado, 18 de enero de 2020

La verdadera política cristiana


Un amigo quería consolar a Abraham Lincoln, entonces presidente de los EE.UU. Eran momentos difíciles, cuando todo parecía irle mal.
-  “Espero que Dios esté de su lado” le dijo el amigo. Y Lincoln le contestó:
- “No me preocupa semejante cosa, porque bien sabemos que Dios está siempre con la justicia. Mi preocupación y mi plegaria es que esta nación y yo estemos siempre del lado de Dios.
- Padre, me rogaba una madre, le pido que ponga las manos sobre la cabeza de mi hijo para que Dios lo proteja siempre y no aleje sus manos de él.
- Voy a rezar, le respondí, para que este hijo suyo no deje de tener la cabeza bajo las manos de Dios.

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