jueves, 30 de abril de 2020

El labrador y sus hijos


Un viejo labrador tenía varios hijos que estaban enemistados; para que sus hijos aprendieran una lección y volvieran a unirse empleó el siguiente medio: Llamó a todos y les ordenó traer unas cuantas varas de esparto. Las ató en un manojo y luego pidió a cada uno que tratara de romperlo diciendo:
- Dejaré toda mi fortuna a aquel que sea capaz de romper este atado.
Uno tras otro intentaron romper el mazo, sin lograrlo. Entonces el padre fue sacando una a una las varas y las fue rompiendo con gran facilidad.
- Nosotros también hubiéramos podido hacerlo así –exclamó el mayor de los hijos.
El viejo labrador explicó:
- Hijos míos, esta lección es la mejor herencia que puedo dejaros; pensad bien en ella: “Vosotros sois como estas varas si os mantenéis unidos por el amor fraterno, seréis fuertes e invencibles; pero si vivís separados, cualquier enemigo podrá venceros”.
Moraleja: La unidad y la fraternidad es lo que real y verdaderamente mantiene a una familia en solidez y así superará las barreras que se lo impidan.

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