Pontífice de la Alianza nueva y eterna por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Él nos solo confiere el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo,
sino también, con amor de hermano, elige a hombres de este pueblo,
para que, por la imposición de las manos, participen en su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención,
preparan a tus hijos el banquete pascual,
presiden a tu pueblo santo en el amor,
lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen con los sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darte así testimonio constante de fidelidad y amor.
lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen con los sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darte así testimonio constante de fidelidad y amor.
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