domingo, 19 de febrero de 2017

¡Como Tú, Padre!

Sobre buenos y malos, Padre,
haces salir el sol y mandas la lluvia.
A todos sostienes, a todos ofreces tu regazo
y susurras palabras de vida y ternura,
independientemente de sus méritos,
de su dignidad, de su bondad o malicia,
de su credo, de su autoestima.
Graba en nosotros las claves de tu corazón,
y da a nuestras entrañas los ritmos de tu querer
para respetar a los que son diferentes,
ser tolerantes con los que no coinciden,
prestar sin esperar recompensa.
defender al débil y amar a todos
por encima de nuestros gustos y preferencias.
Ruega por nosotros para que aprendamos
el difícil arte de perdonar, olvidando las ofensas,
ofreciendo la flor de la compasión
tras los muros del rencor y de la incomprensión.
Enséñanos, Padre, a ser como Tú,
que todos puedan decir:
son hijos dignos de tal Padre.
Al final todo se reduce a una decisión:
-alimentar el odio... o el entendimiento.
-crear al enemigo... o al amigo.
-construir barreras... o puentes.
-contribuir al amor... o al dolor.
 -tender la mano siempre aunque...
a pesar de... incluso cuando... incluso a quien... o no amar.

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