sábado, 6 de mayo de 2017

A Jesús, el Buen Pastor

Eres puerta y eres pastor, eres cordero y eres guardián,
eres el siervo y eres Señor, eres la llave de la divinidad,
Eres el pasto y eres el agua, eres el vino y eres el pan,
eres el canto y el silbo que encanta,
antídoto y medicina contra el mal.
¡Qué valiente y qué fuerte es el pastor,
qué delicado y paciente es el pastor,
qué generoso y entregado es el pastor!
No sólo carga con la oveja herida,
le entrega parte de su vida.
Y cuando se acaban los pastos,
él mismo se deja comer;
y cuando se secan los pozos,
él se convierte en fuente para beber.
El es puerta del aprisco;
por esa puerta se entra
al redil de la abundancia,
a la región de la dicha,
a las moradas de Dios.
Ya no necesitamos volver al paraíso,
el paraíso se acerca a nosotros,
y tiene sus puertas abiertas de par en par.

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