sábado, 16 de septiembre de 2017

Alabarte y agradecerte, Dios nuestro

Padre nuestro, en este día queremos alabarte y a agradecerte 
porque eres Dios que se quiere comunicar y relacionar 
con cada persona y con toda la humanidad. 
Te damos gracias por tantas personas que abren el corazón a tu palabra, 
atentas a escuchar qué deseas de nosotros, 
cómo nos propones orientar nuestra vida. 
Te damos gracias porque vemos tu voluntad realizada plenamente
en la vida de Jesús y en cada uno de sus gestos y actitudes. 
Por eso te pedimos coraje para decidirnos a vivir cada día 
como discípulos y compañeros de vida y de camino de tu Hijo. 
Ayúdanos a no cargar a nadie fardos pesados; 
antes concédenos la capacidad de aliviar la carga pesada 
de cuantos sufren por no tener casa, o trabajo estable, 
o porque están enfermos o tienen conflictos familiares. 
Haznos colaboradores de cuantos trabajan por un mundo de paz, 
en el que sepamos desterrar las armas de guerra 
y unirnos en gestos de cooperación y ayuda, 
dirigiéndonos mutuamente palabras de paz. 
Haznos personas que sepamos hacer morir 
todo lo que es fruto del egoísmo destructor de la persona 
y sepamos abrir el corazón al Espíritu de Vida 

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