miércoles, 13 de septiembre de 2017

Quiero matar a mi suegra

Hace mucho tiempo, una joven japonesa llamada Lili se casó y fue a vivir con su marido y su suegra. Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron y Lili y su suegra cada vez discutían y se peleaban más.
De acuerdo con una antigua tradición japonesa, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Lili, no soportando más vivir con la suegra decidió visitar a un Maestro budista, amigo de su padre, para que le ayudara a deshacerse de su suegra. Después de oírla, éste tomó un montón de hierbas y le dijo:
- Estas hierbas lentamente irán envenenando a tu suegra, pero no deberás usarlas de una sola vez para librarte de ella, porque ello causaría sospechas. Cada dos días, pondrás un poco de estas hierbas en su comida.
Y para que cuando ella muera nadie sospeche de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas con ella, mejor ayúdale a resolver sus problemas. Recuerda tienes que escucharme y seguir mis instrucciones.
- Sí Sr. Huang, haré todo lo que usted me indique, respondió Lili.
Lili se quedó muy contenta y agradecida con el Sr. Huang. Volvió deprisa a su casa para comenzar el proyecto de eliminar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especialmente preparada para su suegra. Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado de evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a su suegra y la trataba como si fuera su propia madre.
Después de seis meses, la situación en la casa había cambiado por completo. Lili había controlado su temperamento y ya casi no aborrecía a su suegra.
En estos meses no había tenido ni una sola discusión con su suegra, y ésta ahora parecía mucho más amable y más fácil de tratar. Las actitudes de la suegra también habían cambiado y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente a casa del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo:
- Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra, ella se ha transformado en una mujer agradable y la quiero como si fuera mi madre. No deseo que ella muera a causa del veneno que le di.
El Sr. Huang. Sonrió y le dijo:
- Lili, no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que has cambiado eres tú. Las hierbas que te di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero ha sido echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella.

Este cuento, nos habla de la actitud. Cuando usted mi querido amigo(a) cambia de actitud hacia las demás personas, éstas, imperceptiblemente, cambiaran la suya hacia usted. Para pelear se necesitan dos, y si uno del los dos no responde a las críticas y ofensas, pues nada pasara y esa persona cambiara su actitud. Yo no puedo cambiar a las personas pero si puedo cambiar mi actitud hacia ellas, mi respuesta emocional, mis reacciones, eso si esta en mis manos y por lo tanto sujetas a cambio cuando yo así lo desee.
Conviértete en el promotor número uno del perdón incondicional y de la sincera reconciliación. Tu paz y felicidad dependen de tu amor.

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