viernes, 15 de septiembre de 2017

Dios envía a sus ovejas

- Mañana por la mañana abriré tu corazón -le explicaba el cirujano a un niño.
Y el niño interrumpió:
- ¿Usted encontrará a Jesús allí?
- Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.
- Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.
- Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.
El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. En tono triste se dijo: Muerte dentro del primer año: ¿Por qué? Preguntó en voz alta ¿Por qué le hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana.
De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:
- El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad, ya no tendrá ningún dolor, será confortado y un día estará con sus padres. Hace unos años envié una oveja mía con dones de médico para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador. Así que envié a mi otra oveja, un niño enfermo, no para perderlo sino para que trajera hasta mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.
El cirujano lloró y lloró inconsolablemente. Días después, después de la intervención, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico. El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:
- ¿Abrió mi corazón?
- Si -dijo el cirujano.
- ¿Qué encontró? preguntó el niño.
- Tenías razón, ¡¡¡encontré allí a Jesús…!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario