El
Mulá Nasrudín, como todos saben, proviene de un país donde la fruta es fruta,
la carne es carne y el curry es algo que jamás se come.
Un
día, a poco de descender de las altas montañas del Kafiristán, marchaba
cansadamente por un polvoriento camino de la India, cuando una intensa sed se
apoderó de él. Pronto –se dijo– debo encontrar algún sitio donde obtener buena
fruta.
Apenas
estas palabras se formaron en su mente dobló un recodo del camino y vio a un
hombre de aspecto bondadoso, sentado a la sombra de un árbol, con una canasta
frente a él. Esta se veía llena de grandes frutas, rojas, brillantes.
-
“Esto es lo que necesito”, -dijo Nasrudín-.
Desanudó
la punta del turbante, extrajo dos pequeñas monedas de cobre y se las alcanzó
al vendedor de frutas.
Sin
decir palabra el mercader le entregó la canasta entera, pues en la India esa
fruta es muy barata y la gente suele adquirirla en cantidad.
Nasrudín
se sentó en el lugar que dejó el vendedor y empezó a comer las frutas. En pocos
segundos su boca ardía. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas y sentía fuego
en su garganta. El Mulá siguió comiendo.
Al
cabo de un par de horas acertó a pasar por allí un montañés afgano. Nasrudín lo
saludó:
“¡Hermano, estas frutas infieles deben venir
de la misma boca de Satán!”.
-
Tonto –le dijo el montañés- ¿Nunca has oído hablar de los picantes del Indostán?
Deja de comerlos de inmediato o la muerte, con seguridad, cobrará una víctima
antes de que se oculte el sol.
-
No puedo moverme de aquí –jadeó el Mulá– hasta tanto no termine la canasta.
-
¡Insensato! ¡Estas frutas son para preparar curry!.
-
Ya no es fruta lo que como –graznó Nasrudín –estoy comiendo mi dinero.
Anselm Grün
Dios
mío, te doy gracias por este nuevo día.
Siento que aún no estoy despierto del todo para cumplir
con todas las exigencias que me planteará el día.
Pero confío en que me sostendrás con tu mano protectora
y me darás la fuerza necesaria para esta nueva jornada.
Acompáñame en este día para que dé los pasos correctos;
para que descubra qué cosas hoy me harán progresar en mi camino
y dónde puedo comprometerme con la vida.
Ábreme a la vida y haz que esté en contacto con ella, conmigo mismo,
pero también con todas las personas que encuentre hoy.
Que pueda regalarle a sus corazones un gesto de amor.
Disipa la niebla que a veces envuelve mi vida y me hace vivir en la mediocridad.
Quiero vivir despierto. Vivir con todos los sentidos.
Quiero gozar de la belleza de la vida.
Quiero contribuir a que este día sea más hermoso, con colores y alegre para mis amigos.
Bendíceme para que pueda hacerlo, para que yo sea una bendición para los demás. Amén!
Siento que aún no estoy despierto del todo para cumplir
con todas las exigencias que me planteará el día.
Pero confío en que me sostendrás con tu mano protectora
y me darás la fuerza necesaria para esta nueva jornada.
Acompáñame en este día para que dé los pasos correctos;
para que descubra qué cosas hoy me harán progresar en mi camino
y dónde puedo comprometerme con la vida.
Ábreme a la vida y haz que esté en contacto con ella, conmigo mismo,
pero también con todas las personas que encuentre hoy.
Que pueda regalarle a sus corazones un gesto de amor.
Disipa la niebla que a veces envuelve mi vida y me hace vivir en la mediocridad.
Quiero vivir despierto. Vivir con todos los sentidos.
Quiero gozar de la belleza de la vida.
Quiero contribuir a que este día sea más hermoso, con colores y alegre para mis amigos.
Bendíceme para que pueda hacerlo, para que yo sea una bendición para los demás. Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario