domingo, 25 de agosto de 2019

La cebolla de la salvación


Érase una vez una mujer muy, muy huraña y egoísta. El día en que murió nadie recordaba ningún gesto de caridad que hubiera hecho a lo largo de su vida.
Así pues el demonio la llevó al infierno. Su ángel de la guarda empezó a repasar su vida para ver si encontraba una buena acción para presentársela a Dios. Finalmente encontró una. Una vez arrancó una cebolla de su huerto y se la dio a un mendigo.
Dios le dijo al ángel de la guarda: "Toma una cebolla, enséñasela y que se agarre a ella, si la puedes subir hasta el paraíso que entre, pero si la cebolla se rompe se quedará en el infierno".
El ángel de la guarda corrió hacia ella y le dijo: Ven, agárrate y yo te salvaré.
Con mucho cuidado empezó a subir y ya estaba casi afuera cuando otros pecadores que la vieron ya casi salvada se agarraron a ella para salir también ellos.
Pero como era tan egoísta empezó a darles golpes y les dijo: "Me están sacando a mi, no a vosotros; es mi cebolla, no la vuestra. Soltadme". Al decir esto se soltó de la cebolla y cayó de nuevo al infierno y allí sigue hasta hoy.
Su ángel de la guarda sigue llorando porque no pudo salvarla.

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