domingo, 25 de agosto de 2019

Tú, Señor, no te andas con mediocridades

Tú, Señor, nos llamas a seguirte personalmente, no te vale una respuesta mediocre...
Tú quieres un sí valiente, que abarque toda nuestra existencia.
Tú no te conformas con que nos llamemos cristianos.
Tú no quieres que llenemos nuestra vida de ritos.
Tú nos llamas a vivir el amor como tú, a plantearnos la existencia como una entrega,
una ofrenda, una fiesta, una familia y una comunión continua.
Tú quieres que seamos gente abierta, que no está anclada en viejas normas
sino que va dando respuestas a lo que necesita el ser humano en el momento.
Tú eres Señor de todos los tiempos. conoces a la mujer que sufre en este siglo,
al consumo que nos arrastra con su engaño, al ocio fácil que nos divierte y vacía el alma,
a nuestra sociedad del bienestar que llena la cuneta de hermanos pobres,
a nuestros proyectos de trabajo que ocupan nuestra vida, dejándonos vacíos,
posponiendo la vida familiar y la propia.
Tú conoces todas nuestras realidades y nuestras profundidades y sentimientos,
mucho mejor aún que nosotros mismos, por eso ofreces como respuesta tu Evangelio,
esa forma de vivir que libera, transforma y crea familia y reino, solidaridad y fraternidad.
Por eso no podemos vivir en la mediocridad que inventa nuevos caminos de libertad,
que hace otra oferta de felicidad que nada tiene que ver con el puesto de trabajo
sino con lo que uno se da a los hermanos y cómo vive en el amor y en la justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario