martes, 17 de septiembre de 2019

La rosa y el sapo


Había una vez una rosa roja muy bella, que se creía sin duda la rosa más hermosa del jardín.
Un día se dio cuenta de que la gente miraba de lejos, sin querer acercarse a ella. Observando a su alrededor vio que a su lado había un sapo grande y oscuro, y que ésa era la causa por la que la gente no se acercaba a verla a ella para maravillarse de su belleza.
Indignada ante lo descubierto, la rosa ordenó al sapo que se fuera de allí de inmediato. Y el pobre sapo, desapareció del jardín. Así, las personas podían ver y admirar de cerca la hermosura vanidosa de aquella rosa presumida.
Poco tiempo después, el sapo volvió a pasar por donde estaba la rosa, y se sorprendió al verla marchita, sin hojas y sin pétalos. Entonces le dijo:
- Te ves muy mal. ¿Qué te ha pasado?
La rosa contestó:
- Es que desde que te fuiste de mi jardín las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. Ahora me muero de tristeza al ver que nadie se detiene a mirar mi belleza que en otro tiempo fue la admiración de este jardín.
El sapo le contestó:
- Pues claro, te olvidaste de que era yo quien me comía las hormigas que te amenazaban, y por eso eras la más bella del jardín.
Y la rosa, que había aprendido la lección del sapo, le pidió de nuevo que se quedara junto a ella.

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