lunes, 23 de diciembre de 2019

Canciones de la Virgen que espera la Navidad

                        J. L. Martín Descalzo 

CANCIÓN TERCERA
No sé qué dijo el Ángel  de un dolor y una cruz.
Sé que en la noche sangro temiendo que seas Tú.
Si yo he sido pobre, Tú lo serás más.
Porque Dios es pobre si es Dios de verdad.
Las mujeres con envidia contemplan mi gravidez
y no saben que soy madre más que de carne, de fe.
Cada noche miro al cielo y recuento las estrellas.
Falta una y yo lo sé. ¡Pero qué ganas de verla!
José me mira y me dice: ¿Cómo estás? ¿Cómo está Él?
Le respondo: Yo esperando y Él ardiendo a todo arder.
Antes de que Tú vinieras, yo vivía en oración.
Ahora ya ¿para qué, si somos uno los dos?
Cuando llevo hasta mi boca el tierno pan recién hecho,
me parece que comulgo la carne que llevo dentro.
Esclava soy, esclava fui,
pero mis cadenas yo no las rompí:
me las dieron rotas cuando nací.

CANCIÓN CUARTA
Cuando escucho cómo saltas de gozo dentro de mí,
pienso: ¿En un mundo tan triste le dejarán ser feliz?
¿Y Tú, pequeño mío, cómo vas a poder
liberar a este mundo que esclavo quiere ser?
Temo que no será fácil, mi amor,
que no será fácil ser salvador.
Con mi «sí» se abrió Dios mismo,
y con su «sí», mis entrañas,
y con un «sí» de los dos
se abrió el reino de las almas.
Lo creo y no me lo creo, no me lo puedo creer,
pues sé que Él es más que hombre siendo yo sólo mujer.
Si dicen que fe es no ver las cosas con la mirada,
yo sé que no he visto a nadie cuando Él llegó a mis entrañas.

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