Papa Francisco Misa de Nochebuena 2019
No veas tus manos vacías, dijo el Papa, acoge
la gracia, y lo dijo narrando una hermosa leyenda que cuenta que, cuando Jesús
nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos... Pero
mientras todos los pastores se esforzaban, con generosidad, en llevar lo mejor,
había uno que no tenía nada. Era muy pobre, no tenía nada que ofrecer. Y
mientras los demás competían en presentar sus regalos, él se mantenía apartado,
con vergüenza.
En un determinado momento, san José y la Virgen
se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, sobre todo María, que
debía tener en brazos al Niño. Entonces, viendo a aquel pastor con las manos
vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús en sus manos.
El pastor, tomándolo, se dio cuenta de que
había recibido lo que no se merecía, que tenía entre sus brazos el regalo más
grande de la historia. Se miró las manos, y esas manos que le parecían siempre
vacías se habían convertido en la cuna de Dios. Se sintió amado y, superando la
vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús a los otros, porque no podía sólo quedarse
para él el regalo de los regalos.
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