lunes, 6 de enero de 2020

El perrito del Niño Jesús


Había una vez un perrito abandonado que vivía muy triste y solito porque nadie le quería. Era el más feo de sus hermanos y ningún niño le había querido adoptar.
Comía lo que encontraba por la calle y siempre tenía miedo porque a veces los niños le tiraban piedras.
Un día vio a unos señores con unos trajes muy bonitos y como parecía que tenían bastante comida y tenían cara de ser buenos, se puso a seguirles.
Pasaron montañas y ríos, desiertos y bosques. El perrito estaba ya cansado y se preguntaba cuándo llegarían a su casa aquellos señores. Algunas veces pensaba que se debían haber perdido porque no sabían seguir, hasta que veían una estrella en el cielo y se ponían a seguirla.
Una noche, llegaron hasta un pueblo pequeño, y al final, llegaron hasta una casa un tanto destartalada. La estrella estaba brillando encima de la casa. Dentro había una señora muy guapa y un señor con barba y en una cunita de paja un niño pequeño que no paraba de llorar.
Mucha gente entraba y dejaba alguna cosa en el suelo: pan, frutas, una manta… y el niño seguía llorando. Los tres señores sacaron tres cajitas y se las dieron también, pero el niño no dejaba de llorar.
Sus papás parecían preocupados. Entonces se acercó el perrito con mucho cuidado hasta la cunita y le puso el hocico encima, moviendo la cola. José, que así se llamaba el señor de la barba le iba a echar de allí, pero entonces el niño miró los ojitos del perrito, dejó de llorar y luego se puso a reír sin parar y a mover sus manitas…
El perrito sintió que por fin tenía una familia de verdad y el niño sintió que aquél era su mejor regalo.

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