martes, 21 de abril de 2020

Escúchame, Señor

A ti vengo, Señor, cuando estoy desalentado,
cuando tengo dudas, cuando me pesa demasiado la vida,
cuando me canso del trabajo, cuando desconfío de la gente,
cuando brota de mí impaciencia y rigidez,
cuando me enfado y pierdo la calma,
cuando critico y descalifico a los otros,
cuando amo sólo pensando en mí,
cuando parece que te escucho y sólo me oigo,
cuando pierdo el tiempo en bobadas,
cuando quiero ser únicamente eficaz,
cuando me importa demasiado quedar bien,
cuando pienso en mis intereses más que en los de otros,
cuando me siento el ombligo del mundo…
A ti vengo, Señor, para que me sanes.
Lléname de tu compasión y misericordia,
aligérame el peso de la vida,
aléjame de preocupaciones insustanciales,
quítame los eternos temores y quejas,
límpiame de todo resentimiento y rencor,
poténciame el olvidar lo negativo,
despiértame la capacidad de soñar,
conviérteme a ti de todo corazón,
para actuar como tú, para amar como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario