sábado, 12 de diciembre de 2020

La vidriera multicolor

                     Fr. Felix Jimenez Tutor

Durante la lucha civil y religiosa del cisma de Inglaterra, los Rounheads que eran Protestantes entraban en las iglesias y destruían todos los símbolos religiosos. En la catedral de Winchester hicieron añicos una magnífica vidriera.
Los cristales multicolores yacían esparcidos por el suelo. Imposible recomponerla. ¿Qué hacer con todos esos diminutos cristales?
Los feligreses los recogieron con mucho cuidado y amor. Mucho antes de que naciera el arte abstracto, los conjuntaron todos y los colocaron en una gran ventana.
Hoy, 300 años más tarde, el mismo sol brilla a través de los mismos hermosos colores, un kaleidoscopio de cristalitos, colocados de distinta manera pero formando un cuadro más significativo. 

La luz de Dios tiene que seguir brillando a través de nosotros que somos santos pero con coronas rotas.
Nadie nace Santo. Los santos hacen la diferencia, amorosa diferencia, desde su debilidad y desde su fe, porque intentaron servir a Dios y al prójimo. Esta diferencia hace que den gloria a Dios y reaviven la chispa divina que anida en sus corazones.


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