Un profesor de universidad fue a visitar a un gurú, un maestro de sabiduría oriental y le dijo:
- “Maestro, enséñame lo que tengo que saber para ser feliz. He estudiado las Sagradas Escrituras, he escuchado a los grandes maestros, pero aún no he encontrado la respuesta”.
El Maestro le invitó a té, llenó la taza y siguió echando té que se iba derramando por la mesa y el suelo.
El profesor sorprendido le dijo:
- “La taza está llena. Pare. Ya no cabe más”.
El Maestro le explicó:
- “Tú, como esta taza estás lleno de tus opiniones y de tus especulaciones. ¿Cómo puedo enseñarte el camino si antes no vacías tu taza?
¿Cómo puedo llenarme del evangelio de Jesucristo y cómo puedo acogerlo si yo soy el centro, si yo lo lleno todo?
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