jueves, 10 de diciembre de 2020

El Maestro zen y el cristiano

                      Tony de Mello, s.j.

Una vez visitó un cristiano a un maestro Zen y le dijo:
- Permíteme que te lea algunas frases del Sermón de la Montaña
- Las escucharé con sumo gusto, replicó el maestro.
El cristiano leyó unas cuantas frases y se le quedó mirando. El maestro sonrió y dijo:
- Quienquiera que fuese el que dijo esas palabras, ciertamente fue un hombre iluminado.
Esto agradó al cristiano, que siguió leyendo. El maestro le interrumpió y le dijo:
- Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele Salvador de la humanidad.
El cristiano estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final. Entonces dijo el maestro:
- Ese sermón fue pronunciado por un hombre que irradiaba divinidad.
La alegría del cristiano no tenía límites. Se marchó decidido a regresar otra vez y convencer al maestro Zen de que debería hacerse cristiano.
De regreso a su casa, se encontró con Cristo, que estaba sentado junto al camino.
- ¡Señor, le dijo entusiasmado, he conseguido que aquel hombre confiese que eres divino!.
Jesús se sonrió y dijo:
- ¿Y qué has conseguido sino hacer que se hinche tu "ego" cristiano? 

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