domingo, 5 de septiembre de 2021

Oídos atentos y lenguas desatadas

¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas!
Que nadie deje de oír el clamor de los acallados,
ni se quede sin palabas ante tantos enmudecidos.
Tímpanos que se conmuevan para los que no oyen.
Palabras vivas para los que no hablan.
Micrófonos y altavoces sin trabas ni filtros
para pronunciar la vida,
para escuchar la vida y acogerla.
¡Qué los sordos oigan y los mudos hablen!
Para el grito y la plegaria,
para el canto y la alabanza,
para la música y el silencio,
para la brisa y el viento,
para escuchar y pronunciar tus palabras y ahora.
Tú que haces oír a los sordos y hablar a los mudos...
¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas!

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