La gente gritaba:
- ¡Es demasiado alta. Ninguna lo conseguirá. No perdáis el tiempo!
Y se reían de las ranas.
Poco a poco iban cayendo a tierra, pero algunas seguían subiendo.
La gente gritaba más fuerte:
- ¡Imposible. Bajad. Ya habéis hecho bastante!
Todas cayeron menos una que no se rindió y continuó la ascensión hasta la cima.
Todas querían saber cómo lo había conseguido y por más que le hicieron muchas preguntas, la rana no respondía nada.
Entonces se dieron cuenta de que era sorda. Ese era su secreto. Era sorda y no pudo oír las risas ni las críticas de los espectadores. Llena de satisfacción comentó que veía a la gente animarla con sus brazos y manos y, aunque estuvo tentada de abandonar, siguió hacia arriba hasta conseguir el objetivo.
La gente gritaba más fuerte:
- ¡Imposible. Bajad. Ya habéis hecho bastante!
Todas cayeron menos una que no se rindió y continuó la ascensión hasta la cima.
Todas querían saber cómo lo había conseguido y por más que le hicieron muchas preguntas, la rana no respondía nada.
Entonces se dieron cuenta de que era sorda. Ese era su secreto. Era sorda y no pudo oír las risas ni las críticas de los espectadores. Llena de satisfacción comentó que veía a la gente animarla con sus brazos y manos y, aunque estuvo tentada de abandonar, siguió hacia arriba hasta conseguir el objetivo.
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