viernes, 20 de octubre de 2023

El mejor amigo del hombre

Cuentan que hace mucho tiempo vivió Jacinto, un anciano muy noble y temeroso de Dios, ayudaba al más necesitado y compartía con el más pobre lo poco que él tenía.
Un día bajo un ángel del Señor a caminar entre los hombres, presenció con mucho agrado los actos de caridad del buen Jacinto. Vio como, a pesar de sus propias necesidades y carencias, siempre tenía algo para su prójimo.
Regresó el ángel a contarle al Señor todo lo que había visto y escuchado.
-- ¿Cómo podría premiar a mi querido hijo por su bondad ,Haniel?, dijo el Señor, (Haniel es el nombre el ángel que representa la gracia de Dios con los hombres). Ve y pregúntale, Haniel.
Obedeció, y se presentó en un sueño a Jacinto, lo saludo con especial afecto diciendo:
-- Eres especial ante los ojos de nuestro Creador, te ama con un amor inmenso, y quiere que sepas que todo lo que hagas con tu prójimo regresará a ti, y desea complacerte con algo que sea especial para ti en tu corazón.
-- ¡Nada tengo, nada soy ante mí Señor! Más si Él desea complacerme, he de decir que muchas veces me siento solo y desearía tener un amigo que me haga compañía.
-- Noble es tu deseo, así será. ¿Cómo quieres que sea tu amigo? (dijo Haniel)
-- Solo deseo que me quiera y que me acepte como soy, que sea sincero, fiel, incondicional, que me acompañe donde vaya y que no le importe mi pobreza.
-- (sonrió Haniel) Justos son tus deseos se los haré saber a nuestro señor.
Fue Haniel con Dios y le contó los deseos de Jacinto.
-- Muy difícil encontrar entre los hombres alguien con esas cualidades, ¡aunque nada es imposible para mí!, dijo Dios a Haniel.
Al amanecer escuchó Jacinto un feliz ladrido que le daba los buenos días, no fue necesaria una explicación, Dios había concedido su petición, el mejor amigo del hombre había sido creado como regalo a su bondad. A día de hoy lo sigue siendo .Y es llamado por todos simplemente: perro.

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